El profesor e investigador del Departamento de ciencias Biotecnológicas y Ambientales, en el Laboratorio de Zoología de la UAG, Jaime Alcalá, señaló que controlar la plaga del gusano barrenador requiere de la colaboración entre autoridades, así como de productores agropecuarios y de la sociedad en general.

En un artículo, abundó que urge dicha sinergia, toda vez que esta plaga parasitaria es una amenaza para la salud animal, para salud humana y para la economía de los países afectados.

“La reaparición en México de esta parasitosis después de más de tres décadas pone en evidencia la importancia de continuar con la aplicación de las diversas medidas de prevención y control.

Es de suma importancia la colaboración entre autoridades, productores agropecuarios y la sociedad en general, para detener el avance de este problema y a su vez proteger al sector ganadero y la seguridad alimentaria del país”, indicó.

Cabe mencionar que, en lo que va del año, en México se han reportado más de 1,400 casos en varios estados del sur, principalmente en Chiapas.

Dichos brotes han causado preocupación a nivel nacional e internacional, pues se han identificado casos en humanos y animales domésticos como perros.

Ante esta situación, el 11 de mayo del 2025, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) anunció una suspensión de las importaciones de bovinos, caballos y bisontes. Esto, con el objetivo prevenir la propagación de este parásito hacia el país del norte.

El gobierno federal prevé que la medida se levante el lunes. No obstante, en un contexto de brotes, “es indispensable actuar con responsabilidad y fortalecer los programas de sanidad animal”.

Recordemos que cuidar la salud del ganado es también cuidar la alimentación y el bienestar de todos”, dijo Alcalá.

Es importante señalar que el gusano barrenador del ganado es una plaga parasitaria que afecta principalmente a los animales. Provoca heridas graves, infecciones, pérdida de la productividad en animales de granja, e inclusive la muerte.

En 1991, México fue declarado como libre de esta plaga gracias a campañas de control. Sin embargo, recientemente se ha observado un incremento de casos que han puesto en alerta al sector ganadero y autoridades.

Según la Secretaría de Agricultura, el gusano barrenador se desarrolla a partir de larvas que se alimentan del tejido vivo de los animales afectados. La infestación comienza cuando la mosca adulta deposita sus huevecillos en heridas abiertas, mucosas húmedas o en el ombligo de animales recién nacidos.

En tan solo 12 a 14 horas, nacen las larvas, que comienzan a alimentarse del animal durante un periodo de 4 a 8 días. Este proceso causa daño profundo y doloroso, lo que compromete la salud del animal pudiendo empeorar si no se atiende a tiempo y de forma adecuada.

Entre los síntomas que provoca se puede encontrar fiebre, debilidad, pérdida de peso, disminución de la producción de carne, leche y en casos graves puede causar la muerte.

Sobre las afectaciones económicas, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria ha dicho que para los productores de ganado, las pérdidas pueden ser muy altas, ya que deben cubrir el costo de los tratamientos, prevención y sacrificio de los animales infectados, además de las restricciones sanitarias que limitan la comercialización de la carne.

A su vez, los consumidores también pueden resultar afectados, ya que estos problemas en la producción animal llegan a traducirse en precios más altos y en riesgos para la seguridad alimentaria.

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