La reducción del déficit fiscal a la que se verá obligada la nueva administración federal, tras el gasto público extraordinario que se ha ejercido este año, se convertirá en un factor de incertidumbre en los próximos meses.
Alonso Cervera, director ejecutivo de Estudios y Asuntos Públicos de Santander México, hizo ver que la administración que encabezará Claudia Sheinbaum Pardo, a partir del próximo 1 de octubre, enfrentará un panorama complejo por todos los compromisos de gasto público que heredará de la administración saliente y, al mismo tiempo, la necesidad de lograr una consolidación fiscal, ya que este año el déficit público cerrará en 6% del Producto Interno Bruto (PIB).
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En una conferencia organizada este martes por Honeywell, Alonso Cervera recordó que el gobierno saliente de Andrés Manuel López Obrador se caracterizó en los primeros años por mantener la disciplina fiscal, para evitar los desequilibrios entre ingresos y gastos, lo que se espera que continuará en la nueva gestión de Sheinbaum Pardo.
“Un pilar central del siguiente gobierno será la disciplina fiscal, me van a decir ‘a todo dar, gracias’. El problema es que las presiones de gasto en México van a seguir creciendo, muchas de ellas ya las están poniendo en la Constitución”, aseguró el ejecutivo, en referencia a las reformas constitucionales que se pretende aprobar en los próximos días y que implican compromisos de gasto público.
Entre otros futuros compromisos están las pensiones por jubilación de la generación Afore, que deberán tener un monto equivalente al 100% del último salario del trabajador, además de la reforma en materia de vivienda social y la reforma que pretende desarrollar trenes de pasajeros en el país.
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Además, Claudia Sheinbaum prometió impulsar dos nuevos programas sociales: uno para mujeres de entre 60 y 64 años y otro de becas universales para niños de escuelas públicas.
No obstante las presiones de gasto, Alonso Cervera considera que de momento no se percibe que las agencias calificadoras vayan a degradar la calificación crediticia del gobierno mexicano, si acaso pudieran hacer un cambio de perspectiva.
“Hay tres principales calificadoras: están S&P, Moody’s y Fitch, dos de ellas están dos niveles arriba de retirar el grado inversión, solo Fitch está en la orilla. Mi pronóstico es que no vamos a perder el grado de inversión en los siguientes años, puede que haya revisiones en la perspectiva”, consideró el directivo.
Lo anterior dependerá de qué tan cuidadoso sea el nuevo gobierno en mantener el equilibrio de las finanzas públicas, lo que implica corregir el déficit.