El divulgador de ciencia, Guillermo Bermúdez, advirtió que desde la llegada de los alimentos ultra procesados al país, grandes corporativos implementaron una “estrategia perversa”, en oposición a las regulaciones que buscan reformular la industria alimentaria, a fin de evitar el avance de las pandemias preexistentes en México, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
En entrevista con Marco A Mares, para Fortuna y Poder, el también periodista resaltó que en este “libro de jugadas”, las empresas han incluido a funcionarios de los gobiernos, así como a medios de comunicación, de tal forma que su maniobra ha funcionado en diferentes frentes.
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En ese sentido, apuntó que, por un lado, a los consumidores cuidadosos los intentan poner “como radicales, como exagerados o como que estamos atentando contra la libertad de consumir lo que se nos antoje”, mientras que al gobierno se le critican acciones, aseverando que “no tiene razón en imponer más impuestos, pues eso atenta contra los empleos y contra la industria alimentaria”.
Por otra parte, resaltó, la estrategia incluyó a la ciencia y a sus instituciones.
“¿Qué quiero decir con esto? Que las compañías comenzaron a financiar investigaciones en México y en todo el mundo. Comenzaron a cooptar universidades, a veces completas, pero también sociedades profesionales que no tendrían que andar haciendo tratos con refresqueras o productores de ultra procesados.
“Hubo una etapa en la que todo esto fue muy normal”, pero comenzaron a verse los impactos negativos en los hospitales para la atención de la niñez y en los hospitales generales, debido al incremento de las afecciones comórbidas.
Bermúdez resaltó que esta es una práctica en la que, curiosamente, también participa la industria farmacéutica, pese a que está regulada.
Un ejemplo, dijo, se vio con médicos en Estados Unidos, que, si se les invitaba una comida de al menos 20 dólares, comenzaban a recetar el medicamento de la firma que los llevó, “y si la comidita era un poquito más costosa y recibían algún regalito -que podría incluir un viaje VIP-, el nivel de prescripciones aumentaba todavía más”.
Respecto a México, el experto mencionó que se vive “una gran simulación”, pues además de las prácticas de las compañías, los gobiernos hacían como que llevaban a cabo acciones, “pero en realidad no se hacía nada”.
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