El secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), Julio Berdegué, aclaró que serán los consumidores estadounidenses los que pagarán la cuota compensatoria de 20.91% que el gobierno estadounidense aplicará al jitomate mexicano en 90 días.

Durante la conferencia matutina de Claudia Sheinbaum, el funcionario precisó que la medida, que aún no ha sido informada de forma oficial al Gobierno de México, no es un nuevo arancel sino una cuota compensatoria que se deriva de una investigación antidumping.

Abundó que, desde 1996, las exportaciones mexicanas de este producto a Estados Unidos han estado reguladas por el Acuerdo de Suspensión de Investigación Antidumping.

Los productores de Florida, de jitomate (tomate rojo), nos han acusado —en nuestra opinión, sin razón—, de que los productores mexicanos venden sus jitomates en Estados Unidos por debajo de los costos, lo cual no es cierto, pero llevan décadas en esa historia, los productores.

Hay este acuerdo de suspensión del dumping desde sus años y, a lo largo de estos casi 30 años, se han negociado cinco acuerdos para ir suspendiendo esta investigación. […] A nuestro juicio, nunca ha sido comprobado, ni puede ser.

El último de estos acuerdos que se han venido negociando es de 2019”, apuntó Berdegué, quien esclareció que no se trata de un acuerdo con el gobierno mexicano, sino entre el Departamento de Comercio de Estados Unidos y los exportadores de los productores mexicanos agrupados a sus asociaciones de distintas partes de la república.

El funcionario añadió que, ese año, ante la insistencia de los productores de Florida, las autoridades estadounidenses retomaron la investigación y determinaron que sí hay un dumping, por lo que definieron una cuota compensatoria.

No es exactamente un arancel… (Y dicen, los productores mexicanos) tienen que pagar 20.91% más para compensar cuando nos manden tomates… Hace seis años, pero se suspende la aplicación de ese antidumping y se ha venido suspendiendo año con año sin ningún problema.

Ahora, el Departamento de Comercio notifica a los exportadores mexicanos que ya Estados Unidos se retira de este acuerdo, y que ahora sí, en un plazo de 90 días —porque tienen que dar un aviso de 90 días—, hasta el 14 de julio de este año, que ya va a empezar la aplicación de esta medida para castigarnos por las supuestas trampas que hemos hecho, con 20.91 por ciento.

Entonces, esto no es parte de los mismos aranceles que hacen a estado discutiendo. Esto es otra cosa que viene de décadas atrás”, reiteró.

Golpe al consumidor estadounidense

Berdegué acentuó que dicha medida impactará directamente al consumidor estadounidense, pues 90% de los jitomates que Estados Unidos importa desde cualquier lugar del mundo son jitomates mexicanos.

6 de cada 10 tomates que ellos comen son hechos en México, ¿Cuál va a ser la consecuencia de esto, si es que se lleva a cabo, porque todavía faltan 90 días? Pues que sus tomates van a ser más caros, les van a salir más caras sus ensaladas, su cátsup y todo.

“No nos pueden sustituir, porque no es que haya un montón de otros países que producen esta cantidad de excelentes tomates a un precio muy conveniente. Si lo quieren hacer, pues simplemente van a pagar 21% más caros sus tomates”, dijo.

El titular de Sader añadió que en 2019 ocurrió lo mismo y se negoció, por lo que prevé que en esta ocasión también se llegue a un acuerdo.

Se platicó, se negoció… México se defendió de los argumentos y se llegó al acuerdo que estaba vigente hasta ahorita.

¿Qué va a pasar? Probablemente va a suceder exactamente lo mismo. Vamos a empezar a conversar, a dialogar, como siempre ha dicho la presidenta, buscamos el diálogo y vamos a ver en qué termina esto.

Y es muy importante decir que estas medidas, estas investigaciones antidumping son habituales. México tiene dos investigaciones activas, no de ahorita, no de ayer, desde hace mucho tiempo: contra el pollo estadounidense y contra la pierna de cerdo”.

De acuerdo con el funcionario, se va a conversar con Estados Unidos y buscarán que se renueve el acuerdo en beneficio, ciertamente, de nuestros productores.

Hay cientos de miles de personas que trabajan en México en la producción de tomate.

Los tenemos que cuidar a ellas y a ellos, pero también, si quieren, pues, en beneficio de los consumidores estadounidenses, porque hay que cuidarles la salud… Nuestros tomates son muy saludables y ojalá que no les salgan tan caros”, concluyó.

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