El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) destacó que, aunque el gobierno federal se mantiene optimista respecto a la economía, las cifras confirman un constante debilitamiento de la actividad productiva y un déficit público históricamente elevado.

Lo anterior, acentuó, “puede inhibir un mejor desempeño en el futuro, sobre todo en un entorno de elevada incertidumbre y cautela de la inversión”.

En su análisis semanal, el organismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) subrayó que 2025 inició con un entorno complejo. De hecho, los principales indicadores económicos muestran una tendencia a la baja desde prácticamente hace un año, acelerando su debilidad en los últimos meses del 2024.

En materia de crecimiento, retomó, la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) muestra que en 2024 el Producto Interno Bruto (PIB) creció solo 1.3%, cifra inferior tanto al rango oficial estimado que va de 1.5% a 2.5%, como a la estimación más reciente de los especialistas del sector privado que preveían un aumento de 1.54 por ciento.

Respecto a la inversión, el Centro resaltó que si bien es cierto que el crecimiento anual del periodo enero-octubre supera su promedio histórico, también es un hecho de que en pocos meses muestra un importante debilitamiento, de tal forma que a noviembre ya acumula tres meses consecutivos con variaciones negativas.

Pasa algo similar con el consumo privado, pues, aunque se mantiene en terreno positivo, ya muestra un constante debilitamiento.

Las expectativas ante esta coyuntura no son alentadoras, lo que ha permitido que los pronósticos de crecimiento sigan corrigiéndose a la baja. De hecho, la tasa de crecimiento promedio para los próximos diez años ya está por debajo de 2 por ciento”, subrayó el CEESP.

Sobre las finanzas públicas, el organismo del CEESP retomó que el Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al cuarto trimestre de 2024 de Hacienda señala que se mantuvieron estables y en línea con las metas aprobadas y, “aunque es cierto, hay que tener presente que las cuentas públicas aprobadas para todo el año ya de inicio eran significativamente deficitarias”.

El Centro abundó que el reporte señala que los ingresos se mantuvieron al alza para ubicarse en 22.1% del PIB, mismo porcentaje que el año anterior, que han sido los más bajos desde 2020.

El avance de los ingresos totales se atribuye en buena medida al crecimiento de 4.7% en los ingresos tributarios, que los llevó a representar un máximo histórico de 14.6% respecto del PIB. No obstante, se debe considerar que su incremento fue casi tres veces menor al reportado un año antes”, acentuó.

El gasto por su parte, añadió, aumentó 7.7%, superando el incremento de 4.3% que se había aprobado. Resalta que el gasto en inversión física aumentó 11.4%, lejos de la caída de 23% que se tenía prevista.

“Aunque esto es una buena señal es un hecho que, a pesar de este aumento, su efecto en el ritmo de crecimiento no fue lo esperado”.

Por otro lado, el CEESP apuntó que mientras las operaciones del sector público durante 2024 arrojaron un déficit presupuestario equivalente a 4.9% del PIB, en línea con lo aprobado por el Congreso, los requerimientos financieros del sector público representaron 5.7%, dos décimas de punto porcentual por arriba de lo aprobado.

El reporte señala que en 2024 la “deuda pública mantuvo una trayectoria estable y sostenible” al sumar 17,426 miles de millones de pesos, monto que representa el 51.4% el PIB. Esto significó que en todo el sexenio que terminó, la deuda creció en 65.1%”, aseveró.

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