El Banco de México (Banxico) ajustó al alza su pronóstico de inflación para los tres últimos trimestres de 2024 y para los primeros tres del próximo año. Redujo su previsión para el cierre de 2025.

De acuerdo con su Informe Trimestral enero-marzo, la inflación general se ubicará en 4.6% en el segundo trimestre del año, luego de que haber pronosticado que se colocaría en una tasa de 4.3 por ciento.

Para el tercer trimestre, ahora vaticina un 4.0%, desde del 3.9% considerado en el comunicado de febrero.

Así, estaría cerrando el año en un nivel de 4.0%, desde el 3.5% pensado hace tres meses.

Para 2025, Banxico espera que la inflación se coloque en 3.5% en el primer trimestre, por arriba del 3.2% anual esperado en febrero, pero ya dentro de la meta del banco central del 3% +/- un punto porcentual.

El Instituto vaticina que para el resto del año, los precios al consumidor sigan bajando y la inflación general se coloque en 3.3% en el segundo trimestre, en 3.2% en el tercero, y cierre en 3.0 por ciento.

Si bien el panorama inflacionario continúa siendo complejo e incierto, se espera que en los próximos trimestres el proceso desinflacionario en México siga avanzando”, mencionó el banco de México.

En su Informe, abundó que los choques que han afectado a la inflación en el país han sido atípicos, y si bien varios de sus efectos se han ido mitigando, la duración de otros ha resultado difícil de prever.

Abundó que los choques que afectaron a la inflación de servicios han sido más persistentes que lo anticipado y la trayectoria de inflación subyacente disminuye más paulatinamente que hace tres meses.

Riesgos

Entre los riesgos que visualiza Banxico, a la baja destacan la posibilidad de que el crecimiento de Estados Unidos sea menor a lo esperado, un escalamiento de diversos conflictos geopolíticos en distintas regiones del mundo repercuta adversamente en la economía global o en los flujos de comercio internacional y/o que se materialicen condiciones financieras más astringentes a lo esperado, así como episodios de volatilidad en los mercados financieros internacionales que afecten los flujos de financiamiento para las economías emergentes.

También existe la posibilidad de que el gasto público dé un menor impulso sobre la actividad económica que el anticipado; que el gasto en inversión sea menor a lo previsto o insuficiente para apoyar el crecimiento de la economía, particularmente en el largo plazo; o que los fenómenos meteorológicos tales como temperaturas extremas, ciclones o sequías impacten adversamente la actividad económica nacional.

Entre los riesgos al alza destacó que la economía estadounidense podría crecer más de lo esperado, y que ello favorezca la demanda externa del país; que la economía mexicana muestre una resiliencia mayor a la prevista; y que el gasto público resulte en un mayor impulso a la actividad económica que el anticipado.

Asimismo, no descartó que, en el marco del T-MEC, la reconfiguración global en los procesos productivos dé un impulso a la inversión mayor a lo esperado.

er