Todos los automóviles que se vendan en Estados Unidos, ya sea fabricados allá o bien importados de otros países, se verán afectados por la disposición del gobierno norteamericano de imponer aranceles de 25% a los automóviles y a las autopartes, lo que puede significar un impacto económico de 107,700 millones de dólares (mdd).
Un volumen de aproximadamente 17.7 millones de vehículos ligeros pueden causar cobro de aranceles, ya sea porque la unidad viene de otro país o porque sus autopartes son importadas, estimó el Centro de Investigación de la Industria Automotriz (CAR en inglés) de Estados Unidos.
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Como se ha informado, los aranceles de 25%, que entraron en vigor el pasado 2 de abril, aplican para los autos y autopartes procedentes de cualquier parte del mundo, pero concede un “trato especial” a México y Canadá, socios comerciales de Estados Unidos, en el sentido de que el impuesto solo se cobrará sobre el contenido de los automóviles (partes y componentes) que no haya sido manufacturado en Estados Unidos.
Si bien, de momento, el arancel a las autopartes no se coba a México ni a Canadá, la orden ejecutiva del gobierno norteamericano establece que el impuesto correspondiente se aplicará cuando se tenga una fórmula para discriminar el contenido norteamericano del que no lo es.

En este sentido, CAR destaca que que la medida afectará en el corto plazo a toda la industria automotriz establecida en Estados Unidos, ya que ningún automóvil tiene un contenido totalmente norteamericano.
“Todos los vehículos, ya sean producidos o vendidos en Estados Unidos, se verán afectados por los aranceles de 25%, en la medida que ningún vehículo es fabricado 100% con contenido estadounidense”, refiere CAR en su reporte “Análisis del impacto de los aranceles a los fabricantes de automotores en Estados Unidos”.
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El Centro de análisis estima que las armadoras automotrices pueden enfrentar alzas de costos de 43,000 mdd por las autopartes importadas, lo que se desprende de aumentos de costos de 4,239 dólares por vehículo.
En tanto que los autos importados pueden implicar aumento de costos de hasta 64,700 mdd, lo que supone que cada vehículo puede ver ajustado su precio en 8,722 dólares.

De los datos anteriores se desprende que las armadoras automotrices enfrentarán un sobrecosto global de aproximadamente 107,700 mdd por los aranceles a los automóviles ligeros y a las autopartes.
En este sentido, los fabricantes de autos que operan en Estados Unidos —marcas locales y extranjeras— resentirán las consecuencias de las políticas comerciales de Trump.
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Incluso “los tres fabricantes más importantes de Detroit —Ford, General Motors (GM) y Stellantis— pueden enfrentar mayores alzas de costos de los aranceles a las autopartes importadas —afectando la producción local de autos— que de los aranceles a los autos importados”, consideró CAR.
El año pasado, las “tres grandes” fabricaron unos 4.6 millones de autos ligeros, pero si estos mismos tienen que pagar aranceles por las autopartes importadas, asumirán sobrecostos de 22,500 mdd, ya que el costo de producción de cada vehículo subirá en 4,911 dólares.
En tanto, Ford, GM y Stellantis —que tienen plantas en México y Canadá— importaron a Estados Unidos 2.2 millones de unidades el año pasado, mismos que de ingresar este 2025 al mercado norteamericano, deberán acreditar un sobreprecio de 8,641 dólares por unidad, que a su vez se traducirá en un total de 19,200 mdd por los lotes importados.
De lo anterior se desprende que las “tres grandes” tendrán que asumir gastos extraordinarios de 41,700 mdd en 2025, ya sea por importar vehículos completos de sus plantas en el extranjero o bien por la compra de autopartes.
GC