El presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó este jueves, a medio día, una reunión con su gabinete para hablar sobre nuevas medidas de ahorros en los gastos del gobierno federal y que el mandatario ha denominado como “pobreza franciscana”.
Este martes, López Obrador había adelantado que su gobierno iba nuevamente a “apretarse el cinturón” para reducir gastos, principalmente en viajes al extranjero y viáticos de viajes, como una medida para hacer rendir más el presupuesto público.
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Definió que si la administración pública federal ya se encontraba en “austeridad republicana”, ahora iba a pasar a la “pobreza franciscana”.
Hoy por la mañana, en su conferencia de prensa diaria, retomó el asunto y dijo que las nuevas disposiciones no tienen previsto realizar recortes de personal, ni reducir salarios o recortar prestaciones como el aguinaldo.
Para dar tranquilidad, López Obrador dijo que la “nómina es sagrada”, pero también aclaró que las obras prioritarias del gobierno federal iban a conservar su presupuesto de este año sin cambios.
Asimismo, el mandatario adelantó ayer que iba a considerar una reforma a la Ley de Austeridad Republicana o incluso una reforma constitucional, para regular los salarios de las más altos funcionarios de la federación, ya que persisten servidores públicos que perciben ingresos mayores a los del presidente de la República.
A la reunión de este medio día acudieron los secretarios de Gobernación, Adán Augusto López Hernández; de Marina, Rafael Ojeda Durán; de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez; y de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez.
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También estuvieron presentes los secretarios del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes; de Salud, Jorge Alcocer Varela; y de Energía, Rocío Nahle García; además de los directores generales de Petróleos Mexicanos (Pemex), Octavio Romero Oropeza, y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Manuel Bartlett Díaz, y el jefe de la Agencia Nacional de Aduanas de México (ANAM), Horacio Duarte Olivares, entre otros.
El encuentro duró dos horas, en Palacio Nacional, y casi ninguno de los asistentes aceptó hacer comentarios a la prensa. Adán Augusto López solo dijo que podía hablar después y se retiró.
Sin embargo, la única que aceptó hacer algunas declaraciones fue Raquel Sosa Elízaga, directora de las Universidades del Bienestar, quien mencionó que “la pobreza franciscana” constituye un “programa prioritario” y que “no está sometido a ninguna presión”, según un reporte del diario El Financiero.
GC