El abrumador triunfo del partido oficialista Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en las elecciones del 2 de junio constituye un factor de nerviosismo para los mercados financieros, en la medida que el oficialismo tendrá mayoría calificada en el Poder Legislativo, lo que enciende los focos rojos sobre cambios legales que pueden afectar el ambiente de negocios en el país, consideraron bancos y agencias calificadoras de deuda.

Como se sabe, los primeros resultados electorales oficiales no solo le dieron el triunfo a Morena y sus aliados en la Presidencia de la República —de la mano de Claudia Sheinbaum Pardo—, sino que también anticipan para el oficialismo dos terceras partes de la Cámara de Diputados y al menos mayoría absoluta en la Cámara de Senadores, lo que facilita que el oficialismo pueda hacer reformas a leyes secundarias y a la Constitución en temas clave como energía, finanzas públicas y justicia.

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“Puede presentarse una considerable influencia de las facciones más radicales del partido para empujar su agenda, en aspectos como reformas al Poder Judicial, al Instituto Nacional Electoral y al sistema de pensiones”, refirió el banco UBS en el reporte “Invertir en México. México votó por la continuidad”.

“Es muy probable que esta abrumadora victoria de Morena pueda ser vista negativamente por el mercado, en la medida que levanta dudas relevantes sobre el sistema de pesos y contrapesos en el país”, refirió UBS.

En un primer “vistazo”, la agencia calificadora S&P Global Ratings no considera que la nueva administración de Claudia Sheinbaum “cambie significativamente las políticas fiscal, monetaria o comercial del país”.

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Sin embargo, la victoria de Claudia Sheinbaum en la Presidencia y la nueva configuración del Congreso de la Unión llaman la atención, porque los dos hechos “refuerzan la perspectiva no solo de una continuidad, sino también de una posible profundización de las políticas del presidente Andrés Manuel López Obrador”, consideró Moody’s Ratings en el reporte “Gobierno de México. Partido oficialista fortalece su poder para impulsar la agenda, pero enfrentará restricciones macroeconómicas”.

Lo que tendrá que conocerse en los próximos días y semanas —previo a la toma de protesta de Sheinbaum Pardo el 1 de octubre— será “una señal más clara” sobre el tipo de políticas públicas que emprenderá la nueva presidenta, esto es “si preservará, reforzará o revertirá las tendencias que han comenzado a deteriorar el perfil crediticio de México”, consideró Moody’s Ratings.

El primero de esos factores de deterioro está en las finanzas públicas, debido a que López Obrador heredará a su sucesora un déficit fiscal de 5% del Producto Interno Bruto (PIB), que obliga a aplicar recortes significativos al gasto público. La pregunta está en  saber si la nueva administración hará lo necesario para bajar ese déficit a niveles de 2% o 3% del PIB.

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El segundo punto que tendrá que aclarar Sheinbaum Pardo está en la política energética. Moody’s Ratings da por sentado que la virtual presidenta electa dará continuidad al papel dominante del Estado en esta materia. Pero lo que el mercado desea saber consiste en la atención a la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex).

En este sentido, “la recompra de deuda con descuento es ahora más probable con la nueva administración”, consideró Moody’s Ratings.

Un tercer aspecto que faltará por aclararse en los próximos días y semanas será en qué medida Claudia Sheinbaum consolidará a los programas sociales dentro de la Constitución, ya que un mayor gasto público en esta materia “reducirá aún más la flexibilidad fiscal”, estimó Moody’s Ratings.

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Según esta agencia calificadora, actualmente alrededor de 80% del gasto público total tiene compromisos inamovibles, como es el caso de las pensiones no contributivas para los ancianos.

S&P Global Ratings destacó en sus comentarios sobre las elecciones del domingo que el crecimiento económico constituye uno más de los desafíos que enfrentará la nueva administración.

“Aunque la economía de México creció 3.1% el año pasado, sigue teniendo un desempeño inferior en comparación con otros mercados emergentes”, lo que también puede limitar la disponibilidad de recursos para los programas sociales, aseguró la agencia calificadora.

GC