En la medida que los acuerdos comerciales “no son trofeos” sino herramientas útiles, el gobierno de Estados Unidos tiene como prioridad de su política comercial las disputas con México en materia energética y de maíz genéticamente modificado, así como la atención de diversas denuncias laborales en empresas establecidas en México que violan los derechos de los trabajadores.

Así lo aseguró Katherine Tai, representante comercial del gobierno de Estados Unidos, en una comparecencia ante el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes de ese país.

La funcionaria reconoció que los agricultores norteamericanos están preocupados por la política de México que prohíbe el maíz genéticamente modificado o transgénico —como le llaman las autoridades mexicanas—, de ahí que desde agosto se abrió un panel de controversias, conforme a las reglas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

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“Estamos trabajando en resolver nuestras preocupaciones y garantizar que los agricultores norteamericanos puedan conservar su ingreso al mercado mexicano y utilizar herramientas innovadoras para responder a los desafíos climáticos y de seguridad alimentaria”, aseguró la funcionaria.

Ante los congresistas, Katherine Tai reconoció que varios de ellos están inquietos por la política energética de México, ya que privilegia a las empresas estatales y desplaza a las empresas norteamericanas, de ahí que se abrió un proceso de consultas entre ambos países, también con base en las reglas del T-MEC.

“Yo sé que muchos de ustedes están preocupados por el hecho de que México socava a las empresas norteamericanas y a la energía producida en Estados Unidos en beneficio de las empresas paraestatales de México de petróleo y gas. Por eso, abrimos una etapa de consultas bajo el T-MEC con México, en aras de atender estas preocupaciones y continuar al tanto con nuestras partes interesadas sobre los avances”, refirió Tai.

En su presentación, la funcionaria norteamericana destacó el papel de los tratados comerciales como herramientas para impulsar la prosperidad y el beneficio social.

“Los tratados comerciales no son trofeos para admirarse en las repisas, son herramientas para generar resultados y el T-MEC es un ejemplo”, aseguró Tai.

En este sentido, la encargada de las relaciones comerciales de Estados Unidos con el exterior hizo un breve recuento de los resultados alcanzados a través del Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del T-MEC, que ha dado lugar a 22 denuncias contra sendas empresas establecidas en México por violar los derechos laborales de los trabajadores.

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“Estos casos han beneficiado directamente a 30,000 trabajadores y han rescatado 5 millones de dólares en indemnizaciones y beneficios a los trabajadores, reinstalado a trabajadores indebidamente despedidos y ayudado a garantizar elecciones sindicales libres y justas, a partir de las cuales los trabajadores han seleccionado sindicatos independientes que los representen”, dijo Tai.

Si bien estas acciones han servido para mejorar las condiciones laborales en México, las denuncias laborales bajo el T-MEC igualmente generan resultados positivos para los trabajadores norteamericanos.

“Esto no solo afecta a los trabajadores de México, también empodera a los trabajadores de Estados Unidos al reducir el incentivo para llevar empleos al extranjero de manera injusta”, insistió la funcionaria.

GC