Bienvenidos a esta columna económica, donde el objetivo es ofrecer al lector análisis, ideas, puntos a discutir y opiniones sobre temas de la coyuntura económica nacional e internacional. En un mundo en el que la situación económica ha sido difícil de entender y pronosticar, resulta importante hablar a detalle de los temas que generan particular impacto en las variables financieras y en las economías, que generen especial interés en la gente sean expertos o no. Vivimos en un mundo al que le ha costado trabajo recuperarse de la crisis de 2008-2009, que crece a tasas reducidas, con los precios del petróleo recuperándose moderadamente después de una fuerte caída, con los principales bancos centrales del mundo instrumentando políticas monetarias divergentes, el ajuste de crecimiento en China y un número importante de riesgos geopolíticos alrededor del mundo. En lo que se refiere a México, vivimos en un entorno de baja inflación, con presiones importantes en el tipo de cambio y una economía que crece moderadamente, donde al compararnos con otros países de la región, no nos vemos tan mal y no porque México haya hecho la tarea completa, sino porque los demás tampoco la han hecho totalmente. Existen muchos temas para escribir, pero empezaré por lo que considero que en las siguientes semanas será lo más relevante y más adelante hablaremos de otros a detalle. La FED y la posibilidad de subir tasas otra vez en junio. El proceso de normalización de tasas de interés en EUA, nos ha dado más que un dolor de cabeza a aquellos quienes intentamos –con o sin éxito– anticipar las decisiones de los bancos centrales. Haciendo un poco de historia, el banco central en EUA, la Reserva Federal (FED), recortó su tasa de fondos federales de 5.25 % a 0.25 % durante 2007-2008, haciendo frente a la peor crisis financiera reciente. Lo que siguió en la crisis lo conocemos bien. Después de siete años de tasas cercanas a cero, en diciembre de 2015 la FED decidió comenzar a subir su tasa de interés. Esto respondió a un avance significativo en el mercado laboral en EUA, un ligero repunte en la inflación y algunos indicadores económicos relativamente sólidos como el consumo y el sector inmobiliario. Por lo tanto, una de las grandes incógnitas de 2016 ha sido el ritmo al que la FED seguiría ajustando esta tasa. La turbulencia financiera de principio de año, principalmente generada por la política cambiaria en China, pospuso las expectativas de que la FED pudiera subir tasas en los primeros meses del año, inclusive había quienes no esperaban alzas en todo el año. Recientemente, esto parece estar cambiando. Según las minutas de la última reunión de la FED (a finales de abril), varios miembros no descartan la posibilidad de volver a subir la tasa en la próxima reunión, lo que ha revivido las discusiones sobre si será en junio, julio, septiembre o fin de año. Nuevamente, ponemos atención a las fechas precisas. Interesante, porque muchas veces el timing lo es todo. La decisión de la FED está programada para el 15 de junio, mientras que el voto “Brexit” (la decisión de la Gran Bretaña de permanecer o no en la Unión Europea) se realizará una semana después. Y aunque para algunos esto podría no tener relación, ya que uno es un tema financiero-económico y el otro político, algunos miembros de la FED han señalado que esto podría posponer la decisión. Probablemente, si las encuestas apuntan a una carrera cerrada entre “salir” o “quedarse” en la Unión Europea, se podría desencadenar un nuevo episodio de volatilidad financiera y a la FED no le gusta tomar decisiones en entornos de turbulencia internacional. En mi opinión, la FED tiene margen para esperarse y subir tasas más adelante en el año, además de que el flujo de información económica que se conozca en las tres semanas restantes difícilmente les brindará suficientes elementos para respaldar un incremento de tasa en junio. Sin embargo, cada vez resulta más complejo anticiparnos a la retórica de la FED, así que no descartemos por completo sorpresas en junio. Y esto, ¿cómo impacta a México? Para los mercados financieros globales han sido altamente relevantes los movimientos de la FED y para los locales no ha sido la excepción. La idea de tasas más altas en EUA ha creado un fortalecimiento generalizado del dólar – dado los mayores rendimientos ofrecidos – siendo las monedas emergentes las que más han sufrido a lo largo de este proceso. Así, el peso mexicano ha sufrido este reciente ajuste en las expectativas de la FED y junto con otros factores, la moneda ha alcanzado su nivel más débil desde febrero pasado alrededor de 18.50 (interbancario). No obstante, detrás de la decisión de la FED se encuentra la de un mayor fortalecimiento de la economía estadunidense, entonces también México resulta beneficiado de que su mayor socio comercial presente datos sólidos. Aun así, el sector industrial en EUA no parece ser el más dinámico, lo que representa un obstáculo también para el sector en México. En conclusión, en las siguientes semanas los mercados financieros terminarán de posicionarse ante la FED el 15 de junio, donde no sólo se dará a conocer el comunicado, sino que también habrá conferencia de prensa, ajustes de pronósticos y el famoso diagrama DOTS, donde se refleja las expectativas de tasas de los miembros de la FED. Aunado a esto, el voto “Brexit” será un tema que acaparará la atención de los mercados conforme entramos al final de la carrera, de lo que platicaremos en nuestra siguiente columna. Todas las opiniones aquí expresadas son a título personal y no representan la visión de Banamex ni de ninguna otra Institución.