En lo que va del año, los mercados han presentado una fuerte volatilidad, ante la preocupación de los inversionistas sobre el impacto que tendrá el continuo incremento en las tasas de interés y las mayores restricciones de liquidez a nivel internacional, en el crecimiento económico y en las utilidades de las empresas, incluso aumentando los temores de una posible recesión.

Para el resto del año, los mercados continuarán atentos al comportamiento de la inflación; el abasto de insumos y la evolución sobre las cadenas de suministro provenientes de China principalmente; el desarrollo de la pandemia; y el curso del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, el cual ya ha generado incrementos significativos en alimentos y energéticos principalmente, retroalimentando con ello a la inflación. 

Aunque la economía norteamericana se mantiene sólida hasta ahora, la menor liquidez, la expectativa de mayores tasas de interés y el incremento en costos, ha comenzado a reflejarse en presiones en márgenes y menores estimados de utilidades para las empresas. De esta manera, durante el año observamos caídas para el DJ, el S&P´s y el Nasdaq de 12%, 17% y 26% respectivamente, siendo en el contexto actual, las empresas del sector energético las claras ganadoras, con un rendimiento promedio cercano al 40% en lo que va del año.

Para 2022, esperamos que las empresas del S&P’s presenten un crecimiento del 9.3% en utilidades. Con dicho crecimiento y una valuación conservadora, similar al múltiplo P/U promedio de los últimos 5 y 10 años de 21.0x, estimamos que el índice alcance niveles de 4,650pts a finales del próximo año, lo que implicaría un rendimiento de aproximadamente el 17.0% sobre los niveles actuales. Los sectores más favorecidos para este año serán Energía, Industrial, Materiales y Consumo Discrecional.

Para nuestro mercado accionario, podemos decir que después de conocer los resultados de las empresas que cotizan al 1T22, observamos que no sólo presentaron buenos resultados (crecimiento en Ventas y Ebitda de 13.9% y 11.0% respectivamente), sino además continúan presentando mejoras en diferentes indicadores respecto a los niveles prepandemia. No obstante, comenzamos a observar un incremento significativo en costos (22.7% vs. 1T21), generando presiones en márgenes que podrían permanecer durante el resto del año, ante el fuerte incremento en las cotizaciones de los energéticos y los alimentos principalmente, lo cual será sin duda el principal reto de las empresas hacia los siguientes trimestres, aunado a un menor poder adquisitivo por parte del consumidor. 

Nuestro estimado para el IPyC hacia finales de este año, asume un crecimiento para las empresas que componen el índice, de 7.2% en ingresos y de 5.6% en Ebitda, así como un múltiplo objetivo FV/Ebitda conservador de 8.3x, similar al promedio de los U12m y U3 años. Lo anterior fundamenta nuestro estimado para el índice hacia finales de año en 58,000pts, lo que implicaría un rendimiento cercano al 12.8% sobre los niveles actuales. Es importante mencionar que, si bien el rendimiento estimado pudiera resultar atractivo para el resto del año, un escenario de mayores tasas de interés podría limitar la participación de los inversionistas en el mercado de renta variable, a pesar de una valuación atractiva.

Considerando el estimado para nuestro índice de referencia, el IPyC, algunas empresas que, por su valuación, crecimientos y/o mayor rendimiento estimado se ven más atractivas son: Mega, Volar, Gcc, Pinfra, Alfa, Bolsa, Femsa, Alsea, Gcarso, Gap y Lab. Nuestra selección obedece a las condiciones actuales de valuación y precio, que podría ir cambiando, dependiendo de las variaciones naturales en el precio de las acciones y en su rendimiento estimado.

A nivel internacional el principal factor de preocupación seguirá siendo la inflación; una política monetaria más restrictiva a nivel mundial; y su efecto en el crecimiento económico y empresarial. Adicionalmente, el desarrollo de la pandemia, las tensiones geopolíticas y los problemas estructurales en China, seguirán estando en el radar de los participantes como factores que pudieran restar ritmo al crecimiento económico y moderar las expectativas. Por otro lado, se suman los temores de escases de alimentos, y los efectos negativos del cambio climático.

Localmente, además de las presiones inflacionarias y la expectativa de mayores tasas, identificamos como riesgos la debilidad del mercado interno; la incertidumbre política incluyendo el próximo proceso electoral y las iniciativas legislativas en cuanto a los Organismos Autónomos; las diferencias en la relación comercial y política con EUA, nuestro principal socio comercial; la falta de inversión productiva y la ausencia de incentivos para atraerla; así como un eventual mayor riesgo país que pudiera provocar salida de flujos.   

 

Por Carlos Alberto González Tabares

Director de Análisis Económico Cambiario y Bursátil de Grupo Financiero Monex

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