Pemex es una empresa con pérdidas financieras a la cual no se le exige tener un balance positivo siempre y cuando cumpla con cubrir la demanda que la sociedad y el mercado necesitan. La realidad financiera le está costando demasiado al país, recordando que la deuda de Pemex es parte de la deuda pública de México.

Hoy, del total de la cadena del sector de hidrocarburos en el mercado mexicano, 95 por ciento representa la extracción de hidrocarburos en el subsuelo, 85 por ciento de comercialización y distribución de petrolíferos y ciento por ciento de exportación de diferentes tipos de petróleo crudo que existen en México para su colocación en los mercados mundiales.

Hoy la empresa pretende ser una estatal que sea la garante de las reservas de hidrocarburos, extraerlas, transformarlas para ser comercializadas y distribuir en toda la república mexicana los derivados producidos e importados, generar electricidad, incursionar en la explotación minera e implementar en todos los procesos la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, y además de no contribuir en ser parte de una mala calidad de aire en el país, pero eso sí, sin aumentarle el presupuesto para operar.

Al evaluar el Capex otorgado en 2024 de alrededor de 467 mil millones de pesos (tipo de cambio utilizado presupuestal de 18.32 pesos por dólar) y al revisar, el dato del balance primario y balance financiero con respecto a los Impuestos, derechos y aprovechamientos pagados por parte de la empresa, encontramos que ésta regresa a la nación aproximadamente 1.57 pesos por cada peso dado presupuestalmente.

Pemex sí resulta ser una empresa rentable para México. Al ser considerada un brazo recaudador, como reza en la Ley de Ingresos en el artículo 7, el cual indica que la empresa y sus subsidiarias deberán presentar las declaraciones, hacer los pagos y cumplir con las obligaciones de retener y enterar las contribuciones a cargo de terceros ante la Tesorería de la Federación, a través del esquema para la presentación de declaraciones que para tal efecto establezca el Servicio de Administración Tributaria.

Toda una empresa energética recaudadora.

Al analizar el balance financiero de la rentabilidad de ésta como un negocio, queda confirmado que no importa qué tan rentable es, sino que sea parte del cumplimiento de los artículos 27 y 28, que la nación necesita para que el país pueda mantener su operatividad energética, aunque tenga pérdidas de peculio.

En un arqueo del balance financiero de 2024 podemos encontrar lo siguiente:

  • Los ingresos de la empresa dependen en 74 por ciento de la venta, comercialización y distribución de los petrolíferos importados y producidos, entre los que está la gasolina (28 por ciento) y diésel (12 por ciento) y la exportación de crudo (23 por ciento).
  • Observa un incremento en el costo de las ventas en 4 por ciento respecto a 2023; es decir, aumentó lo que vende en el mercado nacional e internacional.
  • El rendimiento bruto operativo se contrajo 113 por ciento, es decir, menor ganancia por operar ante el incremento de sus costos. Esto trajo como consecuencia una pérdida de alrededor de 15 mil millones de pesos, cuando en 2023 tuvo una ganancia de 122 mil millones; lo que demuestra la falta de flujo de efectivo para pagar la deuda que tiene con los proveedores contratados, para los cuales la deuda aumento de 368 a 506 mil millones de pesos (este monto son lo que tienen Copade), y esto presagia el posible colapso operativo de la empresa ante la incertidumbre de pagos a las empresas que contrata y poder acceso a tecnología en toda la cadena de valor del sector de hidrocarburos. No debemos olvidar todo lo que no tiene Copade, que puede llegar a más de 700 mil millones de pesos, lo cual, al comparar con la deuda financiera de corto y largo plazo, que es de más de 1.97 billones, representaría 36 por ciento de ésta. Las pymes de Tabasco, Campeche y Veracruz que dan servicios al mercado de hidrocarburos colapsarán.
  • La pérdida de la empresa en el balance financiero en general está originada principalmente en el tipo de cambio utilizado para el plan presupuestal aprobado a utilizar, y esto genera una incertidumbre del alto impacto al tener gran parte de sus contrataciones, deuda y pagos expuestos en dólares. En 2023 se utilizó para el presupuesto por parte de Pemex un tipo de cambio de 17.75 pesos por dólar, y esto generó una utilidad cambiaria positiva de alrededor de 238 mil millones de pesos, ayudando con esto a estar en positivo ante un tipo cambiario al cierre de este año de 16.92. Pero para 2024 esto fue todo lo contrario, debido a que el tipo de cambio utilizado fue de 18.32 pesos, y la realidad al cierre fue de 20.27 pesos, dando lugar a una pérdida cambiaria de más de 304 mil millones de pesos. Esto continuará al importar la tecnología.
  • La pérdida cambiaria obtenida en 2024, y al sumarle los costos financieros en el pasado año más las pérdidas en la operación, ponen a la empresa del Estado en un gran dilema ante el refinanciamiento de la deuda que está por vencer en 2025, que es de alrededor de 14 mil 800 millones de dólares y que dependerá de si el mercado financiero está dispuesto a negociar y a qué tipo de interés puede colocarse la nueva deuda.
  • El negocio de Pemex no radica en la extracción de hidrocarburos en el subsuelo, son parte de la cadena. Debido a que estos no generan un ingreso proveniente de dineros de un tercero por interacción comercial, la refinación no es el fin primordial, si no parte de la cadena a la que empresa está sometida sin importar la rentabilidad como negocio, es solo el cumplimiento de minimizar las importaciones de combustibles ante la falta de una rentabilidad operativa del sistema de refinación que dista mucho de un margen de ganancia real positivo constante. Al cierre de 2024, por cada barril refinado había una pérdida de 854 dólares y para ser positivo tienen que operar las siete refinerías (incluida a la Olmeca) cuando mínimo cada una a 85 por ciento de su capacidad, y esto es complicado de cumplir dada la complejidad del tipo de crudo disponible que entra en ellas hoy y que eleva el costo de mantenerlas operando.
  • Al pasar a ser estatal, la empresa ya no puede hacer un subejercicio del presupuesto asignado, debido a que significaría que lo planeado no está bien realizado. Debido a que pides dinero para obras específicas, este 2024 el subejercido de 5 por ciento del total aprobado del Capex.

Pemex no es una empresa creada para hacer un negocio. Se usa como parte de una política pública, por muchos años para satisfacer el ingreso de un país, a la cual se le asigna de forma anual un presupuesto sin importar si hay pérdidas; lo importante es cubrir la demanda interna que exige el mercado. No cambiar la Constitución en 2013 para reconocer ciertos costos en exploración, producción, refinación, comercialización, logística y todo aquello que genere un valor para cubrir la demanda de hidrocarburos en México, generó que la empresa del Estado tenga más deuda y pérdidas en el balance financiero.

¿Qué hacer con Pemex?

Por Ramses Pech – Grupo Caraiva – Grupo Pech Arquitectos