A 100 días de iniciado el mandato de Trump, la expectativa del impacto económico sobre México ha cambiado significativamente. Cuando Trump ganó las elecciones de Estados Unidos se tenía preocupación particularmente sobre el comercio, debido a que en múltiples ocasiones se refirió al TLCAN como un desastre para Estados Unidos. Tales palabras hacían pensar que podría tomar la decisión de salirse de este tratado. Sin embargo, casi 100 días han pasado y ni siquiera se ha iniciado la renegociación del TLCAN. Tampoco se ha iniciado la construcción del muro y se prevé que apenas mañana miércoles entregará al Congreso un bosquejo inicial de su reforma fiscal. Por otro lado, está pidiendo que el Congreso apruebe 1,500 millones de dólares para iniciar la construcción del muro fronterizo. Así obviamente México no pagará por el muro. Durante los primeros dos meses de su mandato se tenía un miedo terrible a lo que pudiera hacer en contra de México, razón por la cual el indicador de confianza del consumidor se desplomó a un mínimo histórico de 28.7 puntos, al mismo tiempo que la confianza empresarial también cayó significativamente. Es muy probable que la caída en la confianza del consumidor se haya visto reflejada en una contracción del consumo interno (que representa más del 50% del PIB de México). Por su parte, la caída en la confianza empresarial sumada a las bajas ventas y a los incrementos en tasas por parte del Banco de México, propició una contracción de la inversión. Este miedo que se tenía al entrar Trump, provocó una alta volatilidad del tipo de cambio, similar a la alcanzada durante la crisis financiera del 2008. Y es que la gente en México sentíamos que la entrada de Trump podría ser un huracán categoría 5 para nuestra economía. Afortunadamente para México, las promesas de Trump parecen más bien haber sido estrategias de campaña o una falta de conocimiento político de su país. Trump ha perdido reputación a nivel internacional y sus tuits ya no causan máximos históricos en el tipo de cambio, se suma el hecho de que dijera que no va acusar a China de ser manipulador de divisas y por otro lado que mintiera sobre el envío de un portaaviones a costas cercanas de Corea del Norte, lo que le hizo perder más credibilidad. Desde el máximo alcanzado días antes de que Trump entrara a la presidencia, hasta el mínimo de 18.4563 pesos por dólar, el peso ha ganado 16.2% o 3.58 pesos. Por su parte, las expectativas de crecimiento económico han mejorado significativamente, pasando desde una fuerte recesión prevista hasta un crecimiento cercano al 2%. Al interior de las partidas del PIB seguramente el consumo y las exportaciones ya empezaron a repuntar (aún no se tienen los datos disponibles). No obstante, no todo es color de rosa, ya que la incertidumbre relacionada con la renegociación del TLCAN puede provocar que siga cayendo la inversión en México durante todo el año. Asimismo, las depreciaciones que el peso sufrió aún tienen un efecto de traspaso sobre la inflación la cual se ubica por arriba del objetivo del Banco de México. Con lo anterior,  Banxico ha tenido que subir más aceleradamente su tasa de referencia ubicándola apenas 175 puntos base debajo del nivel que se tenía en el 2008 cuando el precio del petróleo alcanzó un máximo histórico. Para Estados Unidos la historia no es mejor, ya que Trump trató de realizar una reforma de salud y su Congreso se lo impidió. También ha pasado de decir que haría un gasto millonario en infraestructura a decir que incrementará el gasto en defensa retomando el paradigma de crecimiento por economía de guerra. Dicho enfoque ha sido severamente criticado, ya que la evidencia empírica muestra que el mayor gasto en defensa genera incertidumbre, baja la productividad y en el largo plazo inclusive disminuye el crecimiento económico. Finalmente está también el hecho de que el sábado se vence una resolución de continuidad que da financiamiento temporal a las agencias federales del gobierno. De no aprobarse una ley que permita la continuidad del gasto más allá de esta fecha, se tendría como consecuencia un cese parcial de las operaciones del gobierno. En los primeros 100 días Donald Trump no ha hecho nada que merezca la pena reconocer. Gabriela Siller Pagaza Ph.D [email protected]