México tiene la gran oportunidad, por la crisis del Hoy No Circula, de mejorar radicalmente sus políticas ecológicas. Es momento de implementar políticas multianuales que permitan establecer como meta, la eliminación de emisiones en un plazo de 15 años, para que ciudadanos y empresas se preparen paulatinamente y pueda lograrse la meta en beneficio de todos, además de generar importantes oportunidades de negocio que generen empleos y crecimiento de la Megalópolis. Las cifras duras son contundentes: 47 % de las emisiones de contaminantes de la Ciudad de México provienen de autos y camiones que circulan por ésta a pesar de no ser la que tiene más autos y camiones en el mundo, su situación orográfica (rodeada de montañas) no le permite dispersar de forma idónea las partículas contaminantes. Si bien es cierto que el problema de la contaminación reciente en la Ciudad de México se disparó por la obtención, legal o ilegal, de amparos para autos anteriores al año 2006 y que la verificación usando el sistema OBD, busca eliminar dicho problema, lo cierto es que se vuelve una solución de muy corto plazo porque en el año 2020, en tan sólo 5 años, los autos con OBD, tendrán 15 años en circulación y en el 2025 tendrán 20 años contaminando. En Tendencias Económicas consideramos que al criticar estamos obligados a proponer una solución alternativa viable a lo que hoy tenemos, demostrando que sí es posible una mejor solución a la actual. Por lo anterior, para el caso de la contaminación en la Ciudad de México proponemos trabajar en 3 aspectos diferentes, pero muy relacionados de forma simultánea. Por un lado, incrementar la gasolina en 2 pesos adicionales por litro vendido en la Megalópolis como impuesto ecológico y 10 pesos más por cada litro vendido entre marzo y julio, para racionar el uso del automóvil y financiar (con los recursos obtenidos), la construcción de transporte público amigable con el medio ambiente. En la Ciudad de México transitan 5 millones de autos que, en promedio, gastan 7 litros de gasolina cada uno al día, por lo que 2 pesos adicionales en el precio de la gasolina, se traduce en ingresos por 22,000 millones de pesos anuales y, el sobre costo por los meses de alta concentración de contaminantes daría otros 20,000 a 30,000 millones de pesos adicionales, lo que en total significa 50,000 millones de pesos anuales. Con 50,000 millones de pesos anuales, cada año se puede construir una línea del Metro completa, se puede crear un fondo que subsidie por lo menos 100,000 autos eléctricos con 100,000 pesos cada uno para hacerlos más accesibles en precio a los consumidores, otros 10,000 millones de pesos para dejar atrás los metrobuses y cambiar a Metrobús a hidrógeno o eléctrico y 10,000 millones de pesos adicionales para cambiar todos los taxis de la ciudad en un plazo de 10 años por unidades eléctricas, subsidiadas cada una con 100,000 pesos. En segundo lugar, hay que planear una verificación de mediano y largo plazo, donde a partir del año 2020, sólo obtendrían calcomanía 0 los autos híbridos y eléctricos y para el año 2025, sólo se entregaría a los autos eléctricos. El Hoy No Circula demuestra que no circular diario es un incentivo suficiente para comprar un auto y ¡qué mejor que planear la compra de autos híbridos y eléctricos en los próximos 10 años! La Ciudad de México se convertiría en poco tiempo en uno de los principales mercados de autos híbridos y eléctricos a nivel mundial con esta medida. En tercer lugar, no menos importante. A partir del año 2020 deberían dejar de circular todas las unidades de carga mayores a 2 toneladas por las calles de la Ciudad de México y las que circulen solamente podrían ser eléctricas. Por un lado, se reduce la contaminación y se obliga al Gobierno Federal a construir el arco sur para evitar que las unidades pasen por el área urbana de la Ciudad de México, con lo que se reduce el tráfico y accidentes en la misma, y se construirían “centrales de transferencia” a 20 kilómetros de la mancha urbana en sus entradas, para que los productos lleguen a ese punto en grandes unidades, se descarguen y se trasladarían a su punto final usando unidades eléctricas pequeñas, que no contaminarían. Muy probablemente la medida anterior signifique el aumento en el precio de los productos vendidos en la Ciudad de México (entre 10 y 30 centavos cada uno de forma adicional al precio actual), pero del otro lado estarán los beneficios de menor contaminación, menor tráfico, menor número de accidentes vehiculares y una menor pérdida de vidas humanas. Los múltiples beneficios bien valen la pena el costo. Las medidas anteriores detonarían el crecimiento de la Ciudad de México, medidas que muy probablemente copiarían otras grandes ciudades del país, generarían inversión, sin provocar deuda, y mejorarían la calidad de vida de sus habitantes en menos de 5 años de forma muy importante. En Alemania se está diseñando un programa de políticas públicas para que a partir del año 2030 solamente se vendan autos de cero emisiones en su país, ya sean eléctricos o a hidrógeno o cualquier otro combustible no fósil que se use en ese momento. ¿Por qué en México no hacemos lo mismo con visión de largo plazo? Reparto de mercancía eléctrico Moldex, una empresa subsidiaria de Grupo Bimbo, pondrá a la venta los vehículos eléctricos utilitarios de carga que produce en su planta ubicada en el Estado de México. El precio inicia en los 390,000 pesos y los autos podrán ser solicitados vía internet. Las unidades tienen capacidad para cargar 600 kilogramos con una autonomía de 70 kilómetros. En un vehículo a gasolina se tiene un gasto promedio de 2.6 pesos por kilómetro recorrido. En este vehículo, el costo oscila en los 40 y 50 centavos por kilómetro recorrido sin contaminar. El tiempo de recarga de la batería desde cero es de 12 horas. Grupo Bimbo tiene en operación desde hace dos años 320 unidades producidas por Moldex, de las que 110 circulan en Guadalajara, 90 en Monterrey, 45 ruedan en Cozumel y 75 en la Ciudad de México, lo que demuestra que sí es posible usar transporte eléctrico de carga en la grandes ciudades del país. El Gobierno mexicano debería apoyar esta empresa. Puede ser a través de subsidios, cuyos recursos se obtengan de impuestos ecológicos al diésel por ejemplo, o bien con normas para que las empresas consideren seriamente la adquisición de estas unidades al renovar sus flotillas en los próximos años. Perspectivas: Si seguimos el camino actual, obtendremos los mismos resultados: una ciudad contaminada, con mucho tráfico y con poco transporte público. En cambio si cambiamos y planeamos lo que queremos, se pueden lograr grandes cambios en poco tiempo.