El Exchange-Traded Funds (ETF por sus siglas en inglés), también conocido en México como Título Referenciado a Acciones (TRACs), es un vehículo de inversión que replica índices o activos que cotiza en bolsa como si fuera una acción, replicando aquello que lo compone. Suena complicado, pero lo que hacen es combinar la movilidad de las acciones, pero se comercian como los fondos de inversión, por ello muchos los consideran híbridos. Da liquidez y flexibilidad, ya que se pueden comprar y vender a diferentes precios durante la sesión, a diferencia de otros instrumentos; permite incrementar la diversificación de los portafolios, cobra comisiones más bajas que los fondos activos y, dan un acceso inmediato a los mercados internacionales, explica la página de Black Rock. Existen ETFs para todo tipo de inversiones, replican deuda o sectores de economía en específico como pueden ser las telecomunicaciones, infraestructura, comercio, entre otros. Por sus características existen dos tipos que son físicos y sintéticos. En los primeros, se ofrece la rentabilidad diaria del subyacente, después de comprar os activos que forman el índice, dichos activos servirán como colateral. En los sintéticos, replican matemáticamente al subyacente, existirán contrapartes que van a proporcionar la rentabilidad diaria a través de un swap; a su vez el swap, es un intercambio de dinero por rentabilidad. Suelen tener garantía en caso de quiebra de cualquiera de las dos partes, explica Iván Barona director de Análisis en el blog de GBMhomebroker. Al comprarlos, hay que evaluar la liquidez que ofrecen, la exposición al subyacente, la garantía que dan y el track record, es decir, su historial. Se comercian en horarios bursátiles, pueden venderse en corto y prestarse o recibirse en arrendamiento como las acciones, pero también se pueden diversificar para obtener mejores rendimientos, como pasa con los fondos, se explica a su vez en BlackRock. Su precio lo determina el mercado y pueden ser comprados por cualquier tipo de inversionista, no tienen restricciones respecto del monto mínimo de inversión ni periodo mínimo de permanencia.
“El inversionista que los utiliza tiene la posibilidad de invertir no sólo en México, donde este mercado tiene poco de existir, sino que a través de una Casa de Bolsa o bancos se puede también acceder a mercados internacionales donde la variedad de índices y ETFs es inmensa”, se lee en la página de Bancomer.
Comprar un ETF te permite comprar una fracción de todas las acciones que tiene el índice, así que tu inversión se moverá como él; habitualmente este tipo de instrumentos representan la décima o la centésima parte. Un poco de historia Los ETFs se lanzaron en las bolsas de valores en los años 90; el primero se lanzó en 1993 en Estados Unidos y se conoció como SPY, el cual es réplica del índice conocido como S&P500. Actualmente existen más de tres mil 200 ETFs en el mundo; tan sólo 40% del volumen de negocio en las bolsas norteamericanas corresponde a este instrumento. En México fue Nacional Financiera (NAFINSA) quien lanzó en 2002 el NAFTRAC 02, considerado como el primer ETF mexicano, replica al Índice Nacional de Precios y Cotizaciones (IPC). Mientras que en el 2009 iShares lanzó una de las primeras familias de ETF en el mercado mexicano, compró la operación del NAFTRAC. Para 2011 había 169 ETFs iShares listados en la BMV: 10 ETFs iShares locales y 157 ETFs iShares en el Segmento Internacional de Cotización (SIC). Actualmente los ETF de iShares son operados por BlackRock. BBVA lanzó en 2009 el MEXTRAC, el cual replica al Índice BMV Rentable de Rendimiento Total. Actualmente tiene cuatro ETFS BBVA Bancomer indizados, que son MEXTRAC, BRTRAC; CHNTRAC y FIBRATC, además de los ETFs Sectoriales: ENLACE, CONSUMO y CONSTRU.