Empresa, consumidores y seguridad de producto: Nueva regulación
En México, dado que nuestra regulación ha sido muy precaria en esta materia, no tenemos una cultura de mercado en torno a la seguridad de productos.
Empresa, consumidores y seguridad de producto: Nueva regulación
La seguridad de producto es el conjunto de regulaciones que tienden a reducir el riesgo de daños involuntarios en productos adquiridos por el consumidor, como son electrodomésticos, juguetes, aparatos para bebés, textiles, etc. (tradicionalmente no incluye alimentos, bebidas o medicinas). Se trata de estándares que debe cumplir la industria, que implican costos y barreras técnicas, y cuyo objeto es proteger a los consumidores. En México, dado que nuestra regulación ha sido muy precaria en esta materia, no tenemos una cultura de mercado en torno a la seguridad de productos, ni tampoco tenemos claridad respecto de los accidentes, daños y fatalidades que se generan a partir del uso de productos defectuosos. Si bien la Secretaría de Salud ha generado bases de datos sobre los accidentes en hogares, falta profundizar en identificar causas y orígenes, así como su eventual vinculación con el uso de productos de consumo. En contraste, en EU el desarrollo de esta información es muy detallada. Por ejemplo, en 2012 se reportaron 11 muertes accidentales de niños menores a 12 años relacionadas con juguetes y hubo un total de 265 mil accidentes relacionados; de 2008 a 2010 se reportaron en total 333 muertes asociadas a productos de maternidad, entre niños menores de 5 años: cunas, carriolas, sillas para auto, tinas, etc. Además, de 2007 a 2009 hubo 70 muertes por electrocución (no laborales) asociadas con electrodomésticos y herramientas. Los datos anteriores permiten medir si la regulación de seguridad de producto es eficaz y si cumple con su objetivo de evitar daños físicos, incluso la muerte.
La semana pasada se publicaron profundas reformas a la Ley Federal de Protección al Consumidor, en la que se incluyen nuevas disposiciones en materia de seguridad de producto, razón por la cual habrá que entender mejor cómo ha sido el desarrollo de estas políticas públicas, por parte de gobiernos; de precedentes judiciales, en torno a la reclamación de daños; de los enormes avances en procesos industriales y comerciales; todo lo anterior en torno a la conformación de una cultura de seguridad de productos y un mercado más seguro y confiable. Con estos profundos cambios, la regulación mexicana se alínea con la de las principales economías desarrolladas, particularmente la de EUA, en donde los riesgos de productos defectuosos que enfrentan consumidores y empresas cuentan con regulaciones específicas.
En México empresas líderes han desarrollado el manejo de alertas y llamadas a revisión. Sin embargo, éstas han sido más por el desarrollo de buenas prácticas, que por mandato de ley. A partir de estas reformas lo anterior cambiará, pues se mandatan procedimientos y actos que las empresas deben cumplir en materia de alertas, llamadas de revisión (recalls), retiro y destrucción de productos, políticas de reparaciones y sustituciones, medidas de comunicación y divulgación tanto con consumidores, como autoridades, entre varios aspectos. Los principales ejes de la reforma son los siguientes:
- La reforma gira en torno a todo tipo de bienes, productos y servicios que puedan poner en riesgo la vida, salud, seguridad o economía del consumidor. Esto es muy importante, pues en EUA tradicionalmente seguridad de producto no incluye medicamentos, alimentos, automóviles, entre otros productos, mientras que en México, ahora Profeco tendrá competencia sobre todo producto o servicio que sea parte de una relación de consumo.
- Aumentan las medidas de apremio (incluso arresto administrativo) y los montos de las multas, tanto para casos normales, como para graves.
- Ahora las empresas deben reordenar múltiples procesos y formas de organización orientados a la regulación de seguridad de producto, pues ahora Profeco podrá requerir a éstas información muy específica y consecuentemente enfocar sus trabajos de verificación a elementos específicos, como: número de consumidores afectados y notificados, cantidad de productos comercializados y su distribución geográfica, acciones de la empresa, plazos, calendarios y demás medidas para cumplir.
Finalmente, resulta indispensable avanzar en el aspecto cultural y de educación. No se trata de generar más regulaciones, sino de encontrar la fórmula para ser más competitivos a partir del cumplimiento de las vigentes. La empresa debe hacer ver al consumidor el valor de los productos que cumplen con estas regulaciones y sean razón para preferir su compra. Esto puede hacerse tanto para el mercado interno como para nuestras exportaciones. De tomar las medidas adecuadas, se elevará la visibilidad de la agenda de seguridad de producto, tanto por su propósito fundamental de brindar mayor seguridad de nuestros productos de consumo como para ser un valor diferenciador de los productos mexicanos en el comercio internacional. Incluso, será una perfecta justificación para combatir en el ámbito interno el comercio informal, que por su naturaleza de descontrol representa uno de las áreas de mayor riesgo de introducir productos defectuosos.
Bernardo Altamirano Rodríguez
@beraltamirano Tambien te puede interesar