MÉRIDA, Yuc.- De momento las finanzas públicas no constituyen un riesgo para la economía y no se espera “una crisis fiscal” al cierre del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que concluye en 2024.
Sin embargo, lo que sí se observa es la reducción del espacio fiscal de la administración púbica para hacer gastos en ramas sustantivas, como salud y educación, debido a que no existen “amortiguadores” que ayuden a resistir “choques” económicos, coincidieron Valeria Moy, directora general del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco); Gabriel Casillas, economista en jefe para América Latina de Barclys; Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México; y Gabriela Siller, directora de Estudios Económicos de Banco Base.
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“No veo una crisis fiscal en este sexenio, pero sí veo finanzas públicas más complejas que al inicio del sexenio”, dijo este jueves Valeria Moy, en una charla sobre perspectivas económicas para México, en el contexto de la 86 Convención Bancaria.
“Ya no hay espacios, ya no hay fideicomisos (…) Hay menos amortiguadores fiscales que los que había cuando empezó el sexenio, lo que deja más vulnerables a las finanzas públicas a los choques”, aseguró la especialista.
En la mesa redonda, Gabriela Siller descartó que, a diferencia de otros sexenio, el gobierno lopezobradorista termine su ciclo con una “crisis de finanzas públicas”, pero en su opinión, “preocupa que a mediano plazo se haga una bola de nieve al interior del gasto”.
Los expertos recordaron que la presente administración canceló 109 fondos y fedeicomisos públicos —entre ellos el Fondo de Desastres Naturales (Fonden)— para combatir la corrupción, además de que se han agotado reservas financieras coloquialmente denominadas como “guardaditos”.
También mencionaron los apoyos fiscales a las gasolinas y el diésel, como una medida para contener las presiones inflacionarias, al dejarse de cobrar el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), lo que ha dejado “un hueco” tributario considerable para la federación.

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“El año pasado, el IEPS ha ocasionado un choque brutal, por la pérdida considerable en la recaudación”, destacó Valeria Moy, al considerar que el gobierno federal envía el mensaje de que “cueste lo que cueste”, se tienen que mantener los apoyos fiscales a los combustibles.
Los expertos recordaron que la economía mexicana tiene una perspectiva de crecimiento menor a 2% en 2023, lo que significa que con una economía menos dinámica, la recaudación de impuestos no crecerá significativamente respecto a 2022, otro motivo que menguará el espacio presupuestal del gobierno.
“No se ve una crisis fiscal, pero sí problemas en el gasto en salud pública, en educación; no hay esfuerzos adicionales para aumentar las fuentes de ingresos del gobierno”, aseguró Carlos Serrano.
Los expertos destacaron que el gobierno de López Obrador se ha esforzado por mantener las variables macroeconómicas estables, por conservar finanzas públicas sanas y reducir el gasto corriente de la administración pública.
Pero en su análisis consideraron que el gobierno debe procurar un mayor gasto en áreas sensibles para la población, como salud, educación y servicios públicos, en los cuales existen rezagos en el país.
GC