“Yo sabía que no era una industria muy limpia, pues se utilizan químicos realmente tóxicos para remover ciertas grasas, pero fue en ese periodo cuando me di cuenta del daño que esas sustancias le hacen a las prendas y, sobre todo, a las personas que trabajan en las tintorerías, por ello, decidí vender y buscar otro negocio para invertir”, recordó Escalante.En 2009, buscando alternativas de inversión, Óscar se encontró con un producto novedoso conocido como Green Earth, un solvente biodegradable para tintorerías desarrollado en Estados Unidos por Procter & Gamble y General Electric.
“Este producto está elaborado a base de silicón líquido, es decir, arena, el cual es inofensivo para las personas y no maltrata las prendas en ningún sentido, por ello, en cuanto lo conocí, llamé a las empresas para preguntar cómo podía poner una tintorería con este producto”, contó.Desafortunadamente, en ese tiempo no existía un licenciatario con el que Óscar pudiera negociar el uso del solvente, por lo que tuvo que realizar los trámites que le permitieran hacer uso del producto ecológico. Después de dos semanas y de adquirir ciertos compromisos financieros, se convirtió en licenciatario maestro, y ya con el producto en mano, se dedicó a desarrollar el concepto de lo que actualmente es Green Clean.
“Durante el proceso me enfrenté a varios problemas. El capital fue el principal, pues tuve que apoyarme en familiares, amigos y en bancos para comprar el equipo; posteriormente, hacer la relación con los fabricantes de la maquinaria e insumos para tener precios competitivos y, por último y más importante, hacer que la gente creyera en un proyecto diferente y nuevo”.

“Fue un gran reto, decidí que quería franquiciar mi negocio y no sólo tuve que prepararme para ello, también tuve que ser muy cauteloso a la hora de elegir a las personas que serían mis franquiciatarios”.Para 2011, el empresario comenzó a franquiciar su negocio, el cual, seis años después, sumó su unidad número 50, incluyendo las cinco tintorerías que están ubicadas fuera del país.
“Esos son dos de los logros más importantes de Green Clean: el vender mi primera franquicia a una persona que realmente creyó en el proyecto y vio el valor del mismo, y el poder exportarlo fuera de México. Actualmente tenemos dos unidades en Tegucigalpa, Honduras; una en Managua, Nicaragua; una en Lima, Perú, y otra en Bogotá, Colombia”.A estos puntos de venta, próximamente se les sumarán tres más; uno en Guatemala, uno en Chile y uno más en Panamá.
“Este crecimiento nos ha hecho acreedores a cuatro premios de la Asociación Mexicana de Franquicias (AMF); uno como la franquicia novata del año, otro más como la franquicia del año y dos como la franquicia más destacada en el extranjero, títulos que nos ha colocado en un nivel superior a comparación de otras marcas dentro del sector”.Su buena reputación, sumada a la calidad en el servicio, hará que esta franquicia cierre el año con un crecimiento de 10%.
“Sonará fácil, pero ha sido un camino muy complicado, por ello, yo le diría a todos los emprendedores que si van a entrar a un negocio, háganlo con el que realmente los apasione, porque de ustedes depende 80% del éxito del mismo, tienen que ser muy dedicados, muy comprometidos y sobre todo, muy perseverantes”, concluyó.