Gasto de pensiones de generación de transición cesará hasta 2080: Consar
Bajo el amparo de la Ley 73, se considera el pago a los pensionados por el resto de su vida y el pago a sus beneficiarios.
Gasto de pensiones de generación de transición hasta 2080: Consar
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar) estima que el gasto de pensiones de la generación de transición (GT), es decir, la que eligió retirarse con el antiguo sistema pensionario en México en las que las contribuciones de los trabajadores activos financiaban el pago de los beneficios de los pensionados, cesará hasta 2080.
En el articulo “El reto de financiar las pensiones de la ‘Generación de Transición’” de su blog, el organismo explicó que, en julio de 1997, México llevó a cabo una reforma profunda a su sistema público de pensiones, administrado por el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la cual migró el antiguo esquema pensionario de beneficio definido a uno de contribución definida.
Dicha reforma no sólo modificó la forma como se determinan los beneficios de pensión, sino también redefinió la fuente de su financiamiento.
“Se abandonó el antiguo sistema de reparto, en el que las contribuciones de los trabajadores activos financiaban el pago de los beneficios de los pensionados, sustituyéndolo por uno basado en cuentas individuales, administrado por empresas privadas especializadas en la gestión de fondos de retiro (afore)”.
Pese a ello, los trabajadores pertenecientes a la GT pueden elegir la pensión que más les convenga a la hora de retirarse entre: la que alcancen con el saldo de su cuenta individual, conforme lo establece la Ley 97; y la que les correspondería de acuerdo con el beneficio definido en la Ley 73.
La Consar subrayó que, al cierre de 2016, la Base de Datos Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR) reportaba más de 20 millones de trabajadores que pertenecen a la GT.
“Si bien, no todos obtendrán una pensión, los bajos requisitos que contempla la Ley 73 (500 semanas de cotización) permiten prever que una proporción importante de ellos logrará pensionarse. Les será suficiente haber realizado aportaciones durante una cuarta parte de su vida laboral promedio. Es decir, cualquier trabajador de la GT que presente una densidad de cotización mayor a 25% tiene altas probabilidades de lograr pensionarse”.
En este contexto, resulta evidente que los 3.8 millones de pensionados que reporta el Instituto, en su carácter de asegurador, en el Informe al Ejecutivo Federal y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos del Instituto Mexicano del Seguro Social 2017-2018, crecerán sostenidamente en las próximas décadas.
“La velocidad con la que emergerá depende de la demografía que presenta la propia GT. Si bien, la edad promedio del grupo es de 52 años, los miembros más jóvenes de la GT tienen sólo 35 años (la moda de la población es de 44 años). En este sentido, es previsible que en las siguientes tres décadas se genere un número creciente de pensiones al amparo de la Ley 73”.
Cabe mencionar que las pensiones otorgadas al amparo de la Ley 73 son financiadas por el Gobierno Federal y pagadas a través del IMSS, el cual debe otorgar servicio médico a los pensionados y a sus familiares (2.5 millones más de personas).
En este sentido, cada pensión generada bajo la Ley 73 representa para el Gobierno Federal un compromiso de pago que podría extenderse durante 40 años, tomando en consideración que debe solventar las pensiones durante el resto de la vida del pensionado, así como las pensiones a las que tengan derecho sus beneficiarios.
“Si se realiza una proyección demográfica de la población de la GT, es posible prever que dicha generación se cerrará hasta el 2080”.
Ante esto, el Gobierno Federal seguirá enfrentando el reto de financiar el gasto creciente en estas pensiones, además de que deberá resolver los compromisos financieros que representan los sistemas de beneficio definido que forman parte de la Administración Pública Federal: ISSSTE, IMSS-RJP, PEMEX, CFE, Banca de Desarrollo, Fuerzas Armadas, etc.
“A pesar de que la mayoría de ellos ya han sido reformados, en las siguientes décadas generarán una importante presión fiscal derivada del creciente flujo de pensionados y de los (generosos) beneficios que estos sistemas siguen ofreciendo a las generaciones de transición”.
Aún más, existe un cúmulo de sistemas de pensiones a nivel local, patrocinadas por gobiernos estatales y universidades autónomas, de los cuales pocos cuentan con las reservas necesarias para hacer frente a sus pasivos contingentes.
Cabe mencionar que los trabajadores que se afiliaron por primera vez al IMSS después del 1º de julio de 1997 (identificados como la Generación AFORE – GA), sólo pueden pensionarse bajo los beneficios establecidos en la Ley 97.
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