Para la Confederación de Cámaras Industriales el Tratado de Libre Comercio de América del Norte no ha significado un factor relevante para el crecimiento de la capacidad productiva de la industria. Mediante el Centro de Estudios de la Industria, la Concamin reconoció la existencia de un proceso de desindustrialización en México, sumado a un incremento en las importaciones, mismas que representan el doble de la proporción de la producción manufacturera con respecto al Producto Interno Bruto.
“La proporción industrial con respecto al PIB cayó del 39% en 1994 al 32% en 2016, mientras que las manufacturas llegaron a representar el 19% del PIB en 1999, y para 2016 ya únicamente correspondía al 16%. Al mismo tiempo, paradójicamente, el sector externo continúa creciendo vertiginosamente”, aduce.
Esta situación, agrega, deja a la industria en un terreno vulnerable ante los cambios potenciales que puede implicar este el proceso de renegociación del TLCAN. “Las manufacturas siguen representando el sector que permite limitar el menor desempeño generalizado industrial”.
“Si bien el país ha sido capaz de insertar exitosamente productos en el extranjero, en particular en Estados Unidos, el socio comercial más relevante por tamaño y por el superávit que representa, esto no ha sido acompañado de una industrialización consolidada”.
La razón, remarca, es la dependencia de las importaciones, “con lo cual México es un país deficitario neto”, a pesar de contar con una balanza comercial positiva con la primera potencia del mundo. Para Concamin, México debe enfocar su estrategia de globalización hacia un nuevo enfoque productivo, donde los acuerdos comerciales sean un instrumento para alcanzar más mercados, pero con una base industrial sólida, que permita el Fortalecimiento Productivo y Competitivo del Mercado Interno, como una plataforma que permita alcanzar mayor crecimiento económico en un mundo cada vez más competitivo. Esto independientemente de la renegociación del TLCAN   OCC