El secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, aseveró que, apenas han pasado unas pocas horas, y el plan de fraternidad y bienestar en contra de la pobreza, que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ante el Consejo de Seguridad de la ONU, ya muestra un “gran interés” por parte de otros países y organizaciones.
La víspera, el mandatario propuso la creación de un fondo de un billón de dólares, para sacar de la pobreza a 750 millones de personas en todo el mundo, ello, mediante transferencias económicas directas.
La recaudación, según dijo el presidente mexicano, se haría a través de un impuesto de 4% a las mil personas y mil empresas más ricas del mundo, además de un fondo del 0.2% del PIB de los países del G20.
“Se inscribieron para participar, en una primera ronda, más de 47 países. […] Hay un gran interés ya en este.
“Numerosas organizaciones regionales, países, están estableciendo contacto con nuestras representaciones diplomáticas para participar en la elaboración del plan que se comentó, y que tiene como propósito que las 750 millones de personas de todo el mundo, que están olvidadas, y que ni siquiera son un tema más que de referencia, reciban el apoyo de la comunidad internacional”, aseveró Ebrard.
De acuerdo con el funcionario, luego de que el tema fuera aceptado por los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU para su discusión, el siguiente paso será darle forma al proyecto de cooperación internacional, en el que se deberá definir la manera de recaudar el billón de dólares objetivo.
“Ayer el presidente apuntó cómo se podría financiar: la aportación sería de 4% de los más ricos del mundo. En enero, el secretario general de las Naciones Unidas (António Guterres) presentó un reporte que dice que por la pandemia hay 220 millones de personas más en pobreza extrema en el mundo, y al mismo tiempo, los más ricos del mundo se hicieron más ricos.
“Entonces, 4% de los ingresos, de las utilidades de quienes tienen mayores recursos en el mundo; 4% provenientes de los ingresos, de las utilidades de las mil corporaciones que tienen más ingresos anuales y 0.2% del Producto Interno Bruto del G20, de las 20 economías más grandes del mundo. Así se apuntó como propuesta”, retomó el canciller.
Agregó que estos recursos serían dispersados por “entrega directa”, pues el objetivo no es asignar fondos a los gobiernos, sino a las personas más pobres del mundo.
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Sobre si existe la capacidad para llevar a cabo la tarea, Ebrard asintió mencionando que “ahí están el Banco Mundial (BM) o el Fondo Monetario Internacional (FMI)”.
“Hay muy diversas instituciones que pueden llevar a cabo esto; si alguien alega que no se puede, está mintiendo, porque sí se tiene la capacidad instalada para hacerlo. Es un tema de voluntad y organización”, mencionó.
Finalmente, el secretario de Relaciones Exteriores apuntó que su dependencia tiene la instrucción de organizar -con todas y todos los integrantes de las representaciones diplomáticas de los diferentes países del mundo en la ONU, de los organismos- e integrar este plan contra la pobreza “a la brevedad posible”, para que se presente a la Asamblea General de la ONU, pueda ser aprobado, promovido y llevado a cabo en el 2022.
“Vamos a estar ocupados en ello y les estaremos informando de los avances. Por lo pronto, lo que se ve es una reacción de mucho interés, de una apelación ética a todos los países, fundamental, de no seguir permitiendo o pensando que esa es la normalidad, porque si llegamos a eso se llama cinismo, desigualdad y desesperanza, es lo que dijo ayer el presidente.
“Pensamos que vamos a tener mucha participación y que México va a estar en una posición muy, muy importante y relevante para lograr este objetivo. Ya el presidente nos irá dando sus instrucciones, pero les estaré informan qué avances tenemos”, concluyó Ebrard.
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