Tal como se esperaba, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés) aumentó -por segunda ocasión- su tasa de interés en 75 puntos base, en un intento por frenar las persistentes presiones inflacionarias, las mayores en cuatro décadas.
Con ello, el banco central estadounidense llevó, de manera unánime, su tasa de interés a entre 2.25 y 2.50 por ciento.
No deje de leer: La Fed continuará con política monetaria agresiva para apagar inflación: UBS
“La inflación sigue siendo elevada, lo que refleja los desequilibrios de la oferta y la demanda relacionados con la pandemia, el aumento de los precios de los alimentos y la energía, así como presiones de precios más amplías”, señaló la Fed.
En junio, la inflación registró un aumento anual de 9.1 por ciento, el nivel más alto en 40 años.
La Reserva Federal comentó que los indicadores recientes de gasto y producción se han moderado. No obstante, destacó que la creación de empleo ha sido sólida en los últimos meses y la tasa de desempleo se ha mantenido baja.
“La guerra de Rusia contra Ucrania está causando tremendas dificultades humanas y económicas. La guerra y los eventos relacionados están causando una presión alcista adicional sobre la inflación y están pesando sobre la actividad económica mundial”, señaló.
Por ello, “la Fed anticipa que los aumentos continuos (en la tasa de interés) en el rango objetivo serán apropiados (…). El Comité Federal de Mercado Abierto está firmemente comprometido a devolver la inflación a su objetivo de 2 por ciento”.
No deje de leer: El reto de la Fed: desinflación sin una recesión profunda en EU
“El Comité estaría preparado para ajustar la postura de la política monetaria, según corresponda, si surgen riesgos que podrían impedir el logro de los objetivo”, señaló.
FP