El “boom” de los servicios de telecomunicaciones ha colocado al sufrido consumidor mexicano en un grado superlativo de indefensión, frente a los poderosos operadores y voraces intermediarios. Casi todos los usuarios de los servicios de telecomunicaciones, en particular los servicios de telefonía móvil y “datos” (como le dicen ahora al servicio de internet móvil), en algún momento quieren gritar la frase que hizo famoso al Chapulín Colorado, “y ahora, ¿quién podrá defenderme?”. La frustración es mayúscula cuando llega la factura de servicios cuyo desglose, la mayoría no sabemos exactamente cómo se decifran, y mucho menos tenemos la certeza de si la canasta de servicios que estamos pagando realmente la contratamos. TELEFONÍA Y DATOS MÓVILES E INFLACIÓN La telefonía y el internet móviles son hoy día tan de uso generalizado, que incluso ya tienen un peso específico -para mal y para bien- en la inflación o, más correctamente dicho, en el Índice de Precios al Consumidor. Con la Reforma de Telecomunicaciones que llevó a la eliminación de una serie de cobros que venían realizando los operadores y ha generado una mayor competencia entre ellos, ha sido notable el impacto a la baja en el nivel de inflación. EL SOBREPRECIO DE LA IGNORANCIA La ignorancia llega a costarnos a los consumidores hasta 30 % más de lo que debería. Es decir, un consumidor perfectamente informado pagaría 30 % menos por la misma canasta de servicios que un usuario, que simple y sencillamente se resigna a firmar un contrato que, en el mejor de los casos, nunca llega comprender y en el peor, ni si quiera llega a leer. El porcentaje del sobrecosto que llegamos a pagar por ignorancia lo calcula el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) –el órgano regulador y supervisor del negocio de las telecomunicaciones–. Aunque el inicio de los servicios de telecomunicaciones en México fue, como en el juego de la perinola, un negocio en el que la cara siempre marcó: “todo para los ganadores” o “todo para los operadores”, lo cierto es que más lento de lo que quisiéramos, pero poco a poco las cosas han comenzado a cambiar. INFORMACIÓN CLARA Y PRECISA Viene un esfuerzo interesante, en el que el IFT convoca a una consulta pública para definir los lineamientos para que la información de los servicios de telecomunicaciones sea más clara para el usuario. ¿Qué se busca? Muy sencillo, que haya menos abusos en contra de los usuarios de los servicios de telecomunicaciones. Que los abusos no se escondan en la letra chiquita de los contratos. Que los operadores utilicen un lenguaje claro y homogéneo, que todos los usuarios comprendamos, para que “no nos tomen el pelo”, por decirlo de manera cortés. LA CONSULTA El coordinador general de política del usuario del IFT, Alfonso Hernández Maya sostiene que, de lo que se trata con los “lineamientos”, es que se finquen principios que obliguen a los operadores a dar a sus usuarios información transparente, clara y actualizada sobre los precios y tarifas aplicables; sobre los gastos eventuales relacionados con la terminación del contrato, así como información sobre el acceso y la utilización de los servicios que prestan a los usuarios o suscriptores. Los concesionarios y empresas autorizadas deben publicar tal información de forma clara, comprensible y fácilmente accesible. Contar con tal información permitirá a los usuarios estar mejor informados para poder tomar una decisión acorde a sus necesidades al momento de asentir, contratar y utilizar un servicio; se evita por otra parte, que los usuarios cuenten con información parcial, y permitirá reducir las asimetrías de la información existente. La consulta pública sobre los lineamientos para que la información de los servicios de telecomunicaciones sea más clara para el usuario, inicia mañana. Todos los usuarios de los servicios de telecomunicaciones deberíamos participar. El IFT invita a todo el público a participar a través del portal de internet del IFT. Aseguran que se trata de una consulta que evitó lo más posible caer en tecnicismos incomprensibles, precisamente para que todo el público pueda participar. Recuerde usted que se trata de empoderar al consumidor a través de la información y el ejercicio de participar en una consulta pública, sin duda es una buena oportunidad. Al tiempo.