Holbox es al mismo tiempo, un sueño y una controvertida realidad. Es, en paralelo, un paraíso y un crudo retrato de la desigualdad y pobreza del país. Es el contraste de la extraordinaria belleza natural de una isla, que es parte de la reserva de la Biósfera. Y un incipiente desarrollo turístico alternativo. Hoyo Negro es la traducción de lo que presuntamente significa Holbox. La isla de Holbox, es el Hoyo Negro en disputa entre una reducida población local y otra regional. Holbox es la arena de confrontación entre el turismo ecológico, que con grandes esfuerzos impulsan los isleños, y foráneos nacionales y extranjeros. Frente a quienes detentan el capital y aspiran a convertir la isla en un desarrollo turístico de gran envergadura. Holbox es una isla en Quintana Roo, habitada por poco menos de mil 500 personas. Holbox es un paisaje eterno de fantasía, con fauna marina extraordinaria. Y es también una cuadrícula semi urbana, mal trazada con calles de arena blanca, generalmente anegadas y estrechas, por las que circulan carritos de golf eléctricos y de gasolina, motocicletas y bicicletas. Es un conjunto de casas a medio construir en las que predomina el gris y sobresalen los colores brillantes en algunas y otras se distinguen con grafitis tiernos e inocentes. CASA SANDRA, EL PLACER DE LA HOSPITALIDAD Visité por varios días Holbox. Llegué con enormes expectativas. Regresé con sentimientos encontrados. Pero sin duda fue un viaje que disfruté muchísimo. Fue una experiencia distinta y muy distante de los viajes a destinos plagados de grandes cadenas hoteleras de lujo y/o “todo incluido”. Estuve en Casa Sandra. Un hotel que originalmente fue la casa del matrimonio entre el reconocido artista cubano Pablo Milanés y la artista plástica Sandra, que sigue siendo la propietaria y administradora del negocio. Este hotel ofrece un servicio extraordinario, pero sobre todo de enorme calidez en la atención de todo su personal. Su cocina se basa en la preparación de especies de pescados locales muy frescos con el toque de Félix, un esforzado chef cubano. El lugar, sin mayores pretensiones, es sencillo, muy agradable y acogedor. Puedo afirmar que es uno de los mejores que pude conocer. Fui recibido con la actitud protocolaria de Dante, un joven español; la sonrisa blanca, perfecta y amable de Azalea una diligente mesera oaxaqueña y la cortesía permanente de César un empeñoso empleado local que igual atendía las mesas del restaurante, que el bar de la alberca. En playa tuve la atención de Santiago, un atento pero poco diestro barman argentino. Eva, la gerente del hotel, es una española enamorada de Holbox, que me sorprendió con su amabilidad. Y Laura una experta masajista de manos suaves y poderosas. En este hotel su hospitalidad es una sensación placentera y permanente. EL OCIO, UNA AVENTURA Llegué a Holbox, después de una buena desmañanada, un recorrido al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, un vuelo por Volaris a Cancún, un viaje de hora y media por carretera y otro por ferry, desde el Puerto de Chiquilá, para llegar a la isla, más un recorrido en carrito de Golf para llegar a mi destino. El día estaba nublado y la intención principal del viaje era salir a buscar y nadar junto al tiburón ballena, cuya temporada de avistamiento es de junio a agosto. Cuando todavía no terminábamos de desempacar la prisa y el estrés citadinos, mi esposa le preguntó a alguien si creía que al día siguiente saldría el sol. Un joven yucateco de servicio respondió con una amable y transparente sonrisa: No lo sé, pero DISFRUTE HOY!. Con esa frase DISFRUTE HOY, nos despojó de la mecánica mental de hacer planes. En este hotel, lleno de arte y poesía, todos los días leí y disfrute frases y oraciones que invitan a los huéspedes a entregarse y disfrutar el ocio. Casa Sandra es una casa frente al mar que permite disfrutar las cotidianas y espectaculares puestas del sol, casi todos los días. El mar es una enorme alberca turquesa que permite adentrarse un promedio de 300 a 500 metros con el agua hasta los tobillos o la cintura. Frente a la playa el mar es una enorme alberca de agua tibia y quieta, ausente de oleaje. El mar, por las mañanas es trasparente y cristalino y permite observar a simple vista distintas especies de peces y aves. Al medio día el mar adquiere diversas tonalidades que van desde el verde hasta el gris. Y por las tardes adquiere colores que parten del morado y lila hasta el naranja que torna y se confunde con los colores del cielo. El calor solar es condescendiente y la lluvia intermitente no impide continuar disfrutando del agua en el mar o la alberca. El tiempo aquí, parece que avanza más lento, como si arrastrara las horas y los minutos a favor del que logra entregarse al ocio. El ocio en sí mismo es una aventura que todos pueden disfrutar. ¿TURISMO SUSTENTABLE Ó TURISMO DEPREDADOR? Todos tienen su versión. Lo único cierto es que hay incertidumbre y el futuro de la isla es una gran incógnita. Hace 2 años se registró un capítulo en el que intervino el ejército. La isla está en disputa entre los ejidatarios locales y los inversionistas regionales. Supuestamente se habría realizado el despojo de terrenos ejidales de Holbox, ubicados dentro del área natural protegida de Yum Balám, con la división de la isla en 4 ejidos para marginar a los ejidatarios originales y facilitar el desarrollo de un megaproyecto turístico que impulsa Fernando Ponce, empresario yucateco propietario de Bepensa, embotelladora de Coca-Cola en la Península de Yucatán, de acuerdo con versiones periodísticas locales. Aseguran que Ponce y Grupo Ara se habrían apoderado de la franja costera conocida como La Ensenada, en el centro de la isla Entre las versiones de varias personas hay quienes dicen que aunque muchos ejidatarios vendieron sus tierras, se mantiene la oposición al mega desarrollo y continuará la lucha por evitar que el “progreso y desarrollo” acabe con la reserva ecológica. TURISMO DE MOCHILA La población de Holbox es una mezcla creciente de isleños, foráneos de distintas entidades del país y una creciente migración de europeos, principalmente españoles e italianos, y centro y sudamericanos, de manera destacada argentinos. A los extranjeros, se les encuentra como dueños de pequeños establecimientos comerciales o restaurantes bien puestos con ornamentación ecléctica. También se les ve trabajando en servicios de hotelería y restaurantería, como meseros y anfitriones o simplemente vendiendo collares y adornos personales hechos a mano. Me pregunto si todos tendrán una situación migratoria regular. Algunos negocios se quejan porque es población extranjera flotante que no tiene mucha responsabilidad. Obtienen trabajo por plazos cortos y luego siguen su viaje. Hay una buena cantidad de turistas de mochila. En la variedad de oferta hotelera predominan los hostales y negocios que ofrecen en renta, cuartos baratos, aunque con el tiempo cada vez son más caros. El nivel de renta se ha elevado para quienes trabajan en la isla. AMARES, PERROS La diversidad de nacionalidades también se refleja en un abanico de razas de perros. Se observa una creciente población canina. Desde los perros salchicha chihuahua, pasando por los pit bull, bóxers, gran danés, hasta los callejeros cruzados con corrientes. Eso sí, todos con su respectivo collar. Hay cierta cultura entre sus dueños que se preocupan por levantar las heces de sus perros en bolsas de plástico. Sin duda el amor por los perros es generacional y general. Me pregunto si el amor que le tienen a los perros les impide pensar en que el clima no es el más favorable para la mayoría de las razas. SENTIMIENTOS ENCONTRADOS Realicé los paseos obligados: a las islas de La Pasión, de Los Pájaros y al ojo de agua en la Laguna de Yalahau. También hice el recorrido que llevó 8 horas para el tiburón ballena, sin éxito. Los mejores meses para avistarlo sin duda son de julio a agosto, aunque comercialmente los locales aseguran que desde junio. El día que nos hicimos a la mar para encontrar al tiburón-ballena, coincidimos con otras cinco lanchas y todos regresamos con el amargo sabor de la decepción. Sin embargo retornamos con la panza llena de ceviche y los ojos llenos de flamingos, garzas y aves bellísimas, tanto como paisajes y colores brillantes. Regreso de Holbox con sentimientos encontrados. El respeto y valor que le dan los lugareños a la ecología, me parece respetable aunque insuficiente. Y la amenaza del megadesarrollo me parece preocupante. La verdad no creo que hacer de esta reserva ecológica un destino turístico de ato nivel ayude a preservarla, por el contrario, podría depredarla. Pero tampoco estoy convencido de que el camino que sigue Holbox con un incipiente desarrollo turístico, sin el respaldo científico y especializado, le permita un destino sustentable. Al tiempo!.
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