“Muchos europeos están inquietos. Ven la globalización como sinónimo de pérdidas de empleo, injusticias sociales o bajos estándares medioambientales, de salud o de privacidad”, reconoció el vicepresidente primero de la CE, Frans Timmermans, en rueda de prensa.El proceso de apertura mundial es visto por muchos como responsable de una “erosión de tradiciones e identidades que beneficia más a multinacionales que repatrian beneficios a países donde no pagan impuestos” o “a países que abrazan prácticas comerciales injustas”, señaló Timmermans. Bruselas admite que, en diez años, la globalización “dejará tantos ganadores como perdedores”. Sin embargo, también le atribuye ventajas incontestables que le impulsa a abogar por resistir a “las tentaciones aislacionistas” y a “la vuelta al proteccionismo. Las UE exporta anualmente 1.75 mil millones de euros, 80% del valor procedentes de pequeñas y medianas empresas (Pymes). Por cada mil millones adicionales de ventas al exterior se crean 14 mil nuevos puestos de trabajo, mientras que las importaciones contribuyen a rebajar los precios para los consumidores. “Los hechos demuestran que la economía, las empresas y los ciudadanos europeos continúan beneficiándose enormemente de la globalización”, afirma la CE en un documento que será discutido con los gobiernos de los Veintiocho. El Ejecutivo argumenta que, en todo el mundo, “los países más abiertos presentan menores índices de desigualdad”. El problema es que los beneficios de la apertura comercial “no son automáticos, ni se distribuyen equitativamente entre nuestros ciudadanos”. Para corregir esa deficiencia, Bruselas llama la UE a afrontar el “desafío político” de controlar el impacto de la globalización a través de “un conjunto de reglas globales, que ahora mismo están incompletas”. “Europa debe ayudar a reescribir el reglamento mundial para que el libre comercio se convierta en comercio justo. Para que la globalización se vuelva sostenible y funcione para todos los europeos”, abogó Timmermans. “Al mismo tiempo, debemos enfocar nuestras políticas para que la gente tenga la educación y las habilidades que necesitan para mantenerse al día con la evolución de nuestras economías”, añadió. El comisario sostiene que “una mejor redistribución ayudará a garantizar la cohesión social y la solidaridad en la que se basa esta Unión’. El presidente de la CA, Jean-Claude Juncker, debería presentar propuestas concretas en ese sentido en su discurso sobre el Estado de la Unión, en septiembre.