Rechazó los señalamientos con la empresa cárnica JBS Agencias El presidente de Brasil, Michel Temer aseguró que ante la presión en la que ha estado envuelto por los presuntos escándalos de corrupción, prefiere ser destituido antes que renunciar, incluso si es acusado formalmente por el Tribunal Supremo. En una entrevista publicada hoy en el diario Folha de S. Paulo, el mandatario brasileño rechazó haber cometido alguna ilegalidad en sus vínculos con el dueño de la empresa cárnica JBS, Joesley Batista, quien le grabó una comprometedora conversación. “No estoy perdido” y reiteró: “Voy a continuar”. El Tribunal Supremo de Justicia de Brasil inició una investigación sobre las revelaciones, que forman parte de un testimonio de los propietarios multimillonarios de la gigante cárnica JBS SA bajo un acuerdo de delación compensada. La corte decidirá el miércoles si suspende la pesquisa, tras un pedido de Temer hasta que se pueda determinar si la grabación fue manipulada para implicarlo. “No renunciaré. Destitúyanme si quieren, pero si me retiro, estaría admitiendo culpa”, sostuvo el presidente brasileño. El mandatario asegura que dispone del apoyo del Legislativo para seguir adelante con sus reformas económicas -en particular las controvertidas del sistema de pensiones y laboral-, aunque algunos partidos aliados amenazan con abandonar la coalición gubernamental. “Voy a revelar fuerza política precisamente a lo largo de estas próximas semanas, con la votación de temas importantes”, aseguró Temer al diario brasileño.