La Unión Europea canceló la discusión del sexto paquete de sanciones económicas en contra de Rusia que se realizaría este día y lo reprogramó para mañana.
Dichas medidas son las más polémicas, pues incluye la propuesta de la Comisión Europea (CE) de iniciar un veto progresivo a las compras del bloque de petróleo ruso para finales de año.
Este nuevo paquete apunta también a los responsables de crímenes de guerra en Bucha, de la que se han recuperado más de 1,200 cadáveres de civiles tras la ocupación rusa, o Mariúpol, entre cuyas ruinas sobreviven más de 10,000 habitantes sin agua, electricidad ni productos básicos.
Bruselas también planteó desconectar del sistema de mensajería financiera SWIFT a la entidad rusa Sberbank, la más importante del país al representar 37% del sistema financiero ruso, y a otros dos bancos medianos más, “críticos para la capacidad de Vladímir Putin para emprender su destrucción”.
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De acuerdo con Barbara Pompili, ministra francesa para la Transición Ecológica, el objetivo es que los Veintisiete aprueben las medidas correctivas “de aquí al fin de semana”. Este paquete es la respuesta del bloque a los presuntos crímenes de guerra de Bucha por parte de las tropas rusas.
Cabe mencionar que las sanciones requieren unanimidad entre los Veintisiete, pero tanto Hungría como Eslovaquia adelantaron que rechazarían un embargo al petróleo ruso por el impacto que generaría en sus economías.
Por ello, en la letra pequeña de la propuesta, Bruselas ofrece a Budapest y Bratislava una prórroga de un año sobre los otros veinticinco Estados miembros, hasta el 31 de diciembre de 2023, para bloquear esas importaciones.
El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, aseguró el mismo miércoles que su gobierno no puede aprobar la propuesta, ya que “hundiría” la seguridad energética del país centroeuropeo.
Budapest, que no tiene mar y depende del petróleo de Rusia tanto en suministro como en infraestructura, reclama que al menos las importaciones por tubería queden exentas.
El ministro de Economía de Eslovaquia, Richard Sulik, ha dicho que la única refinería de su país, Slovnaft, necesitaría años para reemplazar el crudo ruso, mientras que su vecina República Checa está “tratando de conseguir un aplazamiento por dos, tal vez tres años”, declaró el miércoles primer ministro checo, Petr Fiala, estatus que también querría obtener Bulgaria.
(Con información de EFE)
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