Rusia ya ha decidido abandonar la Estación Espacial Internacional (EEI), pero solo revelará la fecha de su salida del proyecto un año antes, informó hoy el director general de la agencia espacial rusa, Roscosmos, Dmitri Rogozin.
“Nuestras propuestas las hemos redactado, como ya dije, y se las hemos hecho llegar al gobierno y al presidente. La decisión ya está tomada”, dijo en declaraciones al canal de televisión pública Rossía-24.
“No tenemos que decirlo públicamente, solo puedo decir una cosa, de acuerdo con nuestros compromisos, informaremos a nuestros socios sobre el final de nuestro trabajo en la EEI un año antes”, añadió.
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El pasado día 2, el mismo Rogozin adelantó que propondría al Kremlin diferentes opciones para abandonar la EEI, tras constatar que los socios de Rusia en la plataforma orbital no estaban dispuestos a levantar las sanciones a dos empresas civiles de Rusia: TsNIIMash, de investigación de ingeniería mecánica, y el Centro Espacial de Cohetes Progress.
Rusia había dado hasta el 31 de marzo a la Agencia Nacional de Aeronáutica y el Espacio de Estados Unidos (NASA en inglés), la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense (CSA) para responder a este requerimiento.
La negativa de los socios formó la base de la decisión rusa de abandonar la EEI cuando se negociaba prolongar la vida de la plataforma orbital internacional hasta 2030.
Las decisiones que tomó el gobierno ruso sobre la EEI ocurrieron en un momento en el que varios países occidentales, encabezados por Estados Unidos y el bloque de naciones de la Unión Europea, han condenado la invasión de Rusia a Ucrania, que ya cumplió dos meses de haber comenzado sin visos de tener un final.
El gobierno ruso dio su autorización para participar en la EEI hasta 2024, con la intención de crear después su propia estación.
En opinión de Rusia, en la estación, que fue puesta en órbita en 1998 e iba a tener una vida útil de 15 años, habría que inyectar “un enorme monto de dinero” para repararla y evitar que se desintegre “en pedazos” antes de 2030.
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La NASA ha reconocido que intentos de separar el segmento estadounidense del ruso “supondría importantes desafíos logísticos y de seguridad dada la multitud de conexiones externas e internas, la necesidad de controlar la inclinación y la altitud de la nave espacial y la interdependencia del software”.
Rogozin sostiene que es imposible controlar la EEI sin la participación de Rusia, ya que es el país responsable de la orientación de la estación y de evitar colisiones peligrosas, además del suministro del combustible y cargamento.
Las correcciones de órbita de la plataforma orbital internacional y todas las propulsiones se hacen con los motores del módulo de servicio Zvezdá del segmento ruso o con las naves de carga Progress.
GC