Abbott dijo que la legislación es una “celebración de la libertad y de la libre empresa. Esto es libertad para todos los texanos, y especialmente para aquellos que viven en el área de Austin”, señaló.La ley HB 100, establece una serie de normas obligatorias para las empresas de transporte, incluyendo qué tipo de delitos o condenas penales impediría a alguien el poder ser conductor de estas empresas. La ley, sin embargo, no requiere que los conductores se sometan a la toma de huellas dactilares para verificación de antecedentes penales como era el caso con la ordenanza de Austin. Los conductores estarían sujetos en cambio a verificaciones de antecedentes, conducidas por terceros contratados por las compañías de transporte, basados en documentos públicos como licencias de conductores y números de Seguro Social. La nueva ley tampoco requiere que los conductores obtengan permisos individuales o exhiban el denominado “vestido comercial” o logo de la compañía para la que prestan servicios. La HB 100 requiere que las empresas paguen una cuota al Estado por la autoridad para operar, pero el estatuto no especifica el monto de esa tarifa.