El presidente estadounidense, Joe Biden, inició su gestión firmando un decreto para proteger el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia o DACA, con lo que se pone pausa a la deportación de los “soñadores”.

Igualmente, ordenó anular el veto migratorio que impide la entrada al país norteamericano a los ciudadanos de 11 países con una significativa población musulmana (Eritrea, Irán, Kirguistán, Libia, Birmania, Nigeria, Somalia, Sudán, Siria, Tanzania y Yemen), e incluye restricciones para algunos funcionarios de Venezuela y Corea del Norte. Además, detuvo la construcción del muro con México.

Dentro del paquete de 17 decretos que firmó en el Despacho Oval, sobresale la petición a los Departamentos de Justicia y Seguridad Nacional para tomar “todas las medidas necesarias” para salvaguardar el programa DACA, instaurado en 2012 y que protege de la deportación a casi 650,000 indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños.

Lo anterior, luego de que Trump ordenó acabar con ese programa en 2017, pero los tribunales le impidieron hacerlo, aunque todavía hay un litigio activo sobre el tema ante un tribunal federal en Texas, estado que junto a otros ocho territorios del país han pedido declarar inconstitucional el programa.

Biden también pidió que el Congreso actúe para proteger a los “soñadores”, y su nueva propuesta de reforma migratoria pide otorgarles directamente la residencia permanente a ellos y a los beneficiarios del Estatuto de Protección Temporal (TPS, en inglés).

Respecto al veto migratorio que impuso Trump hace cuatro años a los viajeros procedentes de 11 países de mayoría musulmana, conocido popularmente como el “veto a los musulmanes”, el nuevo Presidente instruyó al Departamento de Estado a reanudar las solicitudes de visado para esos países.

Además, Biden decretó volver a contar a los inmigrantes indocumentados en el censo de población que se lleva a cabo cada diez años, y revisar los mecanismos de la Oficina de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE, en inglés) a la hora de arrestar a indocumentados, que se recrudecieron durante el mandato de Trump.

Por otro lado, decidió acabar con la emergencia nacional decretada por su predecesor para desviar fondos hacia la construcción del muro en la frontera con México. 

Eso permitirá al nuevo mandatario cumplir su promesa de frenar el proyecto estrella de Trump en la frontera, aunque Biden no planea derribar la parte de barrera ya construida por el político republicano, que se extiende a lo largo de 727 kilómetros de la zona limítrofe.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) dijo este mes que tiene fondos para completar otros 480 kilómetros de muro (300 millas) y que planeaba adjudicar contratos para hacerlo antes de que Biden llegara al poder.

Eso promete complicar los esfuerzos del Presidente para frenar el proyecto, y es posible que solo pueda hacerlo una vez que se agoten los fondos ya comprometidos para ello.

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(Con información de EFE)

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