Luego de que el día de ayer la ex candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, Hillary Clinton, acusara al Buró Federal de Investigaciones (FBI), por su derrota en las elecciones del 8 de noviembre ante Donald Trump, su director, James Comey, declaró este miércoles ante el Comité Judicial del Senado Estadunidense que le resulta “nauseabundo” sospechar que la institución a su cargo hubiese afectado los resultados de los comicios.
Y es que a sólo 11 días de que terminara la campaña electoral en EU el año pasado, el FBI hizo pública la reapertura de la investigación sobre los correos privados de Clinton, esto a pesar de que después trascendió que Comey desconocía si había nueva información incriminatoria.
El director de la dependencia argumentó que haber ocultado la reapertura de las pesquisas habría sido catastrófico y hubiera acabado con el FBI.
“Tiempo antes había declarado bajo juramento al Congreso que la investigación se había cerrado; no podía ocultar que se había reabierto tras el descubrimiento de nuevos correos”, alegó Comey este miércoles.
Además, Comey dijo que el gobierno de Rusia todavía trata de influir en la política de Estados Unidos y supone “la mayor amenaza para la seguridad de la nación”, esto en respuesta a la pregunta realizada por el senador republicano, Chuck Grassley.
Esta declaración revira a la realizada por Clinton quien dijo estaba a punto de ganar “hasta que una combinación de la carta de James Comey en octubre 28 y los wikileaks de Rusia pusieron dudas en la mente de los votantes que estaban inclinados a votar por mí, pero se atemorizaron”.
La ex candidata dijo asumir la “absoluta responsabilidad” por su campaña presidencial. “Yo era la candidata, yo era la persona en las boletas, y yo estoy consciente de los retos, los problemas, las insuficiencias”, reconoció.
No obstante, hizo notar la coincidencia de que horas después de que fue revelado el video de Trump donde habló de su inclinación por manosear a las mujeres en sus partes íntimas, wikileaks publicó los correos personales de su jefe de campaña, John Podesta. “Estas cosas no se pueden inventar”, exclamó Clinton el día de ayer en un foro.
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