La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos informó que la inflación anual en aquel país subió hasta 6.8% en noviembre, nivel superior al 6% que esperaban los analistas y 0.6% más que el registro de octubre, luego de que ese mes aumentó 0.9% en comparación con septiembre.
El dato es el más alto de los precios de consumo en este país desde 1982, a finales del gran período inflacionario de la década de los 70 en EU, que se produjo a causa de unos precios del petróleo desbocados.
Excluyendo los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en noviembre fue de 0.5%, con una tasa anual de 4.90%. Lo anterior, tras un incremento de 0.6% en octubre respecto al mes precedente.
Los costos que más se incrementaron en el onceavo mes fueron en vivienda, autos usados, camiones y vehículos nuevos, operaciones del hogar, prendas de vestir y las tarifas aéreas. De forma contraria, los índices de los seguros de vehículos motorizados, la recreación y las comunicaciones disminuyeron en noviembre.
Por su parte, los precios de la energía subieron en noviembre 3.5%, ya que los de la gasolina se incrementaron 6.1% el mes pasado, con lo que reporta un aumento de 58.1% en el año. “Y los otros índices principales de componentes energéticos también subieron”.
Según el informe del gobierno, los costos de los alimentos subieron 0.7%, mientras que los del hogar lo hicieron en 0.8%.

Cabe mencionar que el dato de inflación anual añade presión a la Reserva Federal (Fed) estadounidense, que tiene un doble mandato de fomento del pleno empleo y estabilidad de precios.
Según analistas, una inflación disparada como la que refleja el dato conocido hoy podría llevar a los responsables del banco central estadounidense a acelerar el ritmo o la cuantía de la retirada de los estímulos.
“La elevada inflación tiene dos responsables fundamentales: la política de estímulos financieros implementada durante el pasado año y medio para dar respuesta a la crisis dl Covid-19 y la escasez de mano de obra”, fundamentó Connel Fullenkamp.
En una declaración a EFE, el profesor de Economía de la Universidad de Duke apuntó que, pese a que mantiene la esperanza de que los altos precios sean un fenómeno transitorio, la elevada inflación no bajará hasta que no pasen los efectos de las políticas de estímulo y todos los trabajadores que durante los últimos meses han abandonado el mercado laboral vuelvan a buscar empleo.
Rumbo a la última reunión de política monetaria de la Fed
Es importante resaltar que, en noviembre, la Fed dejó sin cambios su tasa de interés en el rango de entre 0% y 0.25% y anunció el inicio de la rebaja de las inyecciones de liquidez en 15,000 millones de dólares al mes.
Durante las últimas semanas, varios medios financieros estadounidenses han especulado con la posibilidad de que después de su reunión de la próxima semana, el banco central estadounidense anuncie que duplica la cuantía de la rebaja de estas inyecciones de liquidez, de manera que, en lugar de retirar 15,000 millones mensuales, retiraría 30,000.
Aunque la Fed todavía no se ha pronunciado al respecto, la elevada tasa de inflación dada a conocer hoy refuerza los argumentos de quienes abogan por una decisión de este tipo.
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A medio plazo, el objetivo del banco central es ir reduciendo progresivamente el volumen de compras mensuales de bonos -fijado en 120,000 millones de dólares a lo largo de la crisis- hasta acabar completamente en algún momento de 2022, y entonces proceder a una subida de los tipos de interés.
La Reserva Federal tiene previsto celebrar su última reunión del año de política monetaria el 14 y 15 de diciembre.
(Con información de EFE)
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