“Debe garantizarse las condiciones de trabajo equitativas y una protección adecuada para todos los trabajadores de la economía colaborativa”, afirmaron.Los trabajadores también deberían poder transferir y acumular las evaluaciones y revisiones proporcionadas por sus clientes, ya que éstos constituyen su “valor de mercado digital”. Los consumidores deben por su parte contar con información clara sobre las reglas aplicables a cada transacción y sus derechos, además de contar con sistemas “eficaces” de denuncia y solución de controversias. Asimismo, las empresas colaborativas deberían ser sometidas a obligaciones fiscales similares a las de compañías convencionales que prestan el mismo tipo de servicio. La Eurocámara rechazó, por otra parte, cualquier restricción a las actividades colaborativas.
“Nuestro objetivo debe ser el de garantizar una competencia justa entre los sectores empresariales tradicionales y el nuevo mundo de la economía colaborativa”, explicó el relator parlamentario, el socialista italiano Nicola Danti.De esa forma, la UE podrá “asegurar un alto nivel de protección al consumidor y animar la promoción de un modelo colaborativo europeo que podría contribuir para un desarrollo más sostenible de la sociedad en la UE”, argumentó.
“La economía colaborativa es un nuevo fenómeno que nos ofrece nuevas oportunidades, así como muchos desafíos. Necesitamos una estrategia europea ambiciosa para abrir camino para un ecosistema armonizado y dinámico, que consiste en reglas específicas y principios generales”, sostuvo Danti.Una encuesta elaborada por la UE reveló que una de cada seis personas en la mancomunidad utilizó alguna plataforma colaborativa en 2016.