Los datos económicos más recientes no son favorables. La tenencia de valores gubernamentales en manos de extranjeros en el 2016 ha caído 9.77 %, o 207,728 millones de pesos, en donde destaca que la mitad de los Cetes que estaban en manos de extranjeros en el 2015 fueron vendidos durante el 2016. La inversión extranjera de cartera mostró en el primer trimestre una salida de 4 mil millones de dólares en pasivos del sector público. Sin embargo, esta salida no se vio reflejada en las cuentas, debido a la emisión de 12 mil millones en el exterior del mismo sector público, una cifra récord de emisión para un trimestre desde el inicio de su registro. Por su parte, las posiciones netas en contra del peso, en el mercado de futuros de Chicago se han incrementado 13 % respecto al cierre de 2015 y 238 % respecto al cierre de abril. El tipo de cambio que cerró en 17.2 pesos por dólar en el 2015, se ubica cerca de 19 pesos por dólar, a pesar del alza en tasa por parta de Banxico. En la economía real el escenario no es más favorecedor: el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) mostró en abril una caída mensual de 1.2 %, retroceso mensual no visto desde enero de 2009. El IMEF manufacturero y no manufacturero muestran la misma historia. El consumo interno sigue mostrando tasas positivas de crecimiento, pero cada vez menores. La inversión también se ha desacelerado y las exportaciones (incluyendo las automotrices) han mostrado caídas respecto al año anterior. El déficit en cuenta corriente es cercano al 3 %, financiado con una cuenta de capital cada vez más vulnerable por la incertidumbre a nivel internacional y la posible salida de capitales (no fuga). Aún es pronto para decir que nos aproximamos a una recesión, ya que la incertidumbre generada por las elecciones en Estados Unidos, el brexit y demás acontecimientos internacionales, pueden estar provocando la caída en las expectativas, que a su vez jalan a la baja las exportaciones, el consumo y la inversión. No obstante, no puede negarse que tanto la parte financiera de la economía, como la parte real muestran un deterioro. De esta manera es de esperarse que en las cifras a publicarse en las próximas semanas sobre crecimiento del PIB, demanda interna y balanza de pagos en el segundo trimestre se muestre una realidad más sombría sobre la economía mexicana. Si salen positivas habrá que ver el detalle por rubro. Ante este escenario, los recortes en los pronósticos de crecimiento empezarán a darse y las apuestas en contra del peso seguirán creciendo. Es de esperarse también que el Banco de México vuelva a subir su tasa en diciembre si la FED sube la tasa y Donald Trump gana las elecciones de Estados Unidos. De igual manera, si Trump gana la presidencia de EUA la tasa podría crecer más aceleradamente en el 2017, provocando un mayor desincentivo a la inversión. Los indicadores poco a poco se han deteriorado, de manera casi imperceptible, pero ya son una preocupación para inversionistas a nivel internacional quienes han sacado parte de su capital de México o no han incrementado sus posiciones de inversión en activos mexicanos. Para el siguiente año el pronóstico de crecimiento dependerá del resultado de las elecciones de Estados Unidos, en el cual se ve cada vez más probable el triunfo de Trump y una tormenta para México.