En lo que va del año, la libra esterlina se coloca como la divisa más depreciada entre los principales cruces frente al dólar, mostrando un retroceso de 3.39 % y cotizando alrededor de 1.4237 dólares por libra. Desde la segunda mitad de febrero, la aversión al riesgo en los mercados financieros globales disminuyó de forma considerable, permitiendo una recuperación generalizada del mercado cambiario. No obstante, la libra extendió sus pérdidas en este mismo periodo. Las pérdidas se deben a que el próximo jueves 23 de junio el Reino Unido llevará a cabo un referéndum para decidir su permanencia o salida de la Unión Europea (UE), lo cual el mercado ha denominado “Brexit”. Desde la crisis financiera de Estados Unidos se empezó a especular sobre la salida del Reino Unido de la UE y durante la crisis de los altos déficit fiscales, la especulación empezó a tornarse una posibilidad real, debido al apoyo que todos los países miembros de la UE tuvieron que otorgar a los altamente endeudados en la zona del euro. Ahora, es la crisis migratoria la que preocupa al Reino Unido, ya que donde existe el paso libre de productos se abre la posibilidad al paso libre de personas. Desde el punto de vista económico, a Reino Unido no le conviene la salida por la elevada integración comercial que tiene con el resto de Europa. Una salida de la UE podría llevar al Reino Unido a una recesión por el tiempo que tardaría el proceso de establecer nuevas reglas comerciales. Asimismo, tendría que incrementar su gasto en supervisión en fronteras, lo cual beneficiaría a la inflación que ha encontrado dificultad para alejarse de 0 % desde diciembre de 2015. Sin embargo, un mayor gasto de gobierno aplicado a supervisión, genera mayores ineficiencias y menor productividad. Por lo anterior, la libra ha mostrado una alta volatilidad en la medida que el Brexit se convierta en realidad en junio. Otro factor de depreciación de la libra ha sido la renovada expectativa de que el Banco de Inglaterra subirá su tasa de referencia hasta el 2017, debido a la baja inflación. Esta postura implica una menor divergencia con la política monetaria del Banco Central Europeo, lo cual propició la apreciación del euro frente a la libra en 8.71 % en lo que va del año y tocando un mínimo de 1.2338 euros por libra, su nivel más bajo desde junio de 2014. Por ahora, la atención de los mercados estará centrada en el referéndum del 23 de junio, por lo que noticias y especulaciones en torno a la crisis migratoria, continuarán ejerciendo presiones en contra de la libra que tiene una alta probabilidad de alcanzar este año su nivel más bajo desde 2009 (1.35 dólares por libra).