La reforma en materia de industria eléctrica que presentó el presidente Andrés Manuel López Obrador es una reforma de gran calado, por sus alcances para toda la industria energética, esto es que no solo se limita a la electricidad, sino que también toca a los hidrocarburos.
Lourdes Melgar Palacios, consejera fundadora en Voz Experta e investigadora afiliada al centro de Inteligencia del Instituto MIT, advierte en entrevista que la iniciativa de ley en materia eléctrica “busca modificar el modelo de la industria energética” en el país, ya que pretende regresar al país a un “modelo de monopolios” en el que la “Comisión Federal de Electricidad (CFE) decidirá cómo, dónde y cuándo generar electricidad, cómo transportarla y cómo distribuirla (…) desaparece el mercado eléctrico”.
Asimismo, será la CFE la que decidirá cuánto cobrar por la distribución y las tarifas al consumidor, ya que la propuesta presidencial desaparece a los organismos reguladores como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH). Incluso, da la impresión que la Secretaría de Energía (Sener) ya no tiene razón de ser.
“Cuando la reforma dice que desaparece la CRE, desaparece al regulador de la industria eléctrica y también al del mercado de petrolíferos y gas natural. Asumo que esto lo llevará Petróleos Mexicanos (Pemex), ya que desparece la CNH”, asegura la experta.
En entrevista, que se realizó vía remota, Lourdes Melgar advierte que la extinción de los reguladores constituye una mala señal para la economía mexicana, ya que se perderán instituciones técnicas y autónomas, que regulan la producción de electricidad e hidrocarburos, que supervisan a CFE y a Pemex, y que administran a nombre del Estado mexicano los contratos petroleros derivados de la reforma energética, realizada por la pasada administración.
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“Esto es delicado, porque la regulación pasa de un ente técnico a un ente político, lo que implica el riesgo de que los privados pierdan sus contratos y también vendrán demandas internacionales, que pueden perder las autoridades mexicanas”, refiere la experta.
“Regresamos a un modelo que surgió en 1960, con la nacionalización de la industria eléctrica, pero es un mundo que ya no existe, máxime cuando se habla de la cuarta revolución industrial”, resume Lourdes Melgar.
CFE concentrará poder con poco presupuesto
En este retorno a un esquema de “monopolios sin contrapesos”, la especialista destacó que CFE pretende concentrar más poder, cuando sus presupuestos y capacidades técnicas son limitadas.
“Tan no tiene recursos que CFE no ha invertido en las líneas de transmisión que se requieren para atraer energía barata del sur al centro del país. No se ha desarrollado la línea del Istmo de Tehuantepec al centro para evacuar energía eólica, ni tampoco para aprovechar la energía hidroeléctrica de Chiapas”, comenta Melgar Palacios.
En la medida en la que el presupuesto federal está restringido por los innumerables objetos de gasto –especialmente el gasto en salud—, las participaciones a estados y municipios y el gasto en los grandes proyectos de infraestructura de este gobierno, será difícil para CFE realizar nuevas inversiones en activos físicos que necesita la industria eléctrica nacional.
“No se ha invertido en las líneas de transmisión para cubrir a todo el país y reducir las pérdidas de energía. Lo veo difícil, cuando el presupuesto es poco”, considera Lourdes Melgar.
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GC