Técnicamente, la recesión económica causada por el COVID-19 duró sólo dos meses en Estados Unidos, volviéndola la más corta en la historia del país.
El Buró Nacional de Investigación Económica de EU (NBER por sus siglas en inglés) presentó el lunes su evaluación del ciclo económico al principio de la pandemia del COVID-19. Según su análisis, la economía estadounidense alcanzó su más reciente pico en febrero de 2020, cayendo en marzo y repuntando nuevamente en abril.
“La recesión duró dos meses, volviéndola la más corta registrada en la historia de Estados Unidos”, señaló el NBER en su análisis.
El NBER suele medir el período que dura una recesión contando a partir del mes en el que se registró el último pico hasta el mes en el que se registró el primer repunte en la actividad económica (trough). Abril de 2020 fue el mes de repunte, haciendo de mayo el primer mes del ciclo de expansión económica.
Generalmente, el NBER considera que una recesión se caracteriza por un proceso prolongado de deterioro en la actividad económica, con caídas en el empleo y la producción siendo definitivas. Sin embargo, dado que la crisis del COVID-19 colapsó una amplia gama de indicadores económicos, el comité del NBER determinó que el golpe fue lo suficientemente severo como para considerarlo una recesión.
Una recaída en el ciclo económico, en consecuencia, sería una recesión nueva, no una relacionada con la que inició en febrero de 2020.
Ni siquiera la economía más grande del mundo pudo escapar de la tormenta que desató el COVID-19. Estados Unidos permanece a la fecha como el país más afectado por el virus en términos de volumen; su número de contagios acumulados y muertes superan por mucho a los del resto del globo.
Sin embargo, su misma posición en la economía global le permitió recuperarse pronto del golpe del COVID-19, a pesar de las prolongadas temporadas de confinamiento, las presiones inflacionarias, las distorsiones en las cadenas de suministro y las afectaciones al mercado laboral.
El NBER advirtió que, aunque la recesión pasó pronto y el ciclo de expansión continúa, esto no quiere decir que la economía estadounidense se haya recuperado por completo. El mercado laboral sigue sin sanar sus heridas, todavía hay baches en la producción y las cadenas de suministro y la inflación continúa presionando de manera excepcional.
Además, tanto EU como el resto del mundo enfrentan repuntes de la pandemia impulsados por sus variantes más nuevas y potencialmente más contagiosas.
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