“México tendría suficiente tiempo para diseñar los posibles cambios fiscales durante el proceso presupuestal regular, empezando con propuestas en la primera mitad del año que se podrían ir incorporando en coordinación con el equipo de transición de la nueva administración durante el debate presupuestal para 2019 en el Congreso”.Destaca que recortar impuestos en México, como una medida de respuesta, implicaría una caída de ingresos importantes. Un primer cálculo, dice, sugiere que una reducción de 10 puntos en la tasa fiscal corporativa mexicana de 30% costaría aproximadamente 1.2% del Producto Interno Bruto (en 2016, los ingresos totales derivados del impuesto sobre la renta habrían sido 5.9% en vez del 7.1% del PIB).
“Claramente, estas cifras son lo suficientemente significativas para merecer una consideración cuidadosa”.Por otro lado, destaca que ante la posibilidad de una reducción en la tasa nominal de impuestos de Estados Unidos de 35 a 20%, lo que se debe considerar es la tasa efectiva del impuesto, más que la nominal. La Oficina del Presupuesto del Congreso de EU calcula que desde 2012, la tasa del efectiva del impuesto corporativo en EU es de 18.6%, muy por debajo de la tasa fiscal corporativa nominal de 39.1%. Mientras que en México, la misma fuente calcula las tasas efectivas y legales en el 11.9% y el 30%.
No todo es impuestos
Citibanamex señala que dado que este plan tributario de Donald Trump es potencialmente la revisión más importante del sistema fiscal estadounidense desde mediados de 1980, representa un evento relevante que se debe monitorear en detalle, particularmente desde México, un país con vínculos “muy fuertes” con Estados Unidos.“Hemos detectado una preocupación creciente en México sobre los impactos potenciales de una reforma fiscal estadounidense (…) pensamos que por enfocarnos exclusivamente en una de las características potenciales de la reforma – la reducción del impuesto corporativo de 35% a 20% -, el punto de vista que actualmente predomina, puede estar sesgado prematuramente en una dirección negativa”, señaló.Refiere que para evaluar correctamente los impactos de esta reforma, se deben analizar sus objetivos principales y no en los instrumentos específicos que se utilizan para alcanzarlos. De acuerdo con el análisis, esta reforma tiene tres objetivos: a) Lograr una baja de impuestos b) Simplificar el cumplimiento fiscal c) Aumentar la competitividad internacional de EU En el análisis ¿Quién le teme a Virginia? Impactos de la reforma fiscal sobre México destaca que el impacto general de estos objetivos sobre los impuestos internacionales generará ingresos adicionales cercanos a 156,000 millones de dólares (mmd) en un horizonte de 10 años. Estas ganancias se explican esencialmente por los beneficios de 185 millones de dólares asociados a los impuestos por repatriación, es decir ganancias que hasta ahora están en manos de corporaciones americanas afuera de ese país y que ingresarán a EU bajo el nuevo régimen fiscal. Estos números no implican ningún supuesto sobre beneficios para EU derivados de algún arbitraje fiscal en comparación con otras jurisdicciones tributarias, explica.
“La reforma intenta cerrar la brecha entre EU y otras jurisdicciones fiscales más competitivas, grupo al cual México no pertenece”,Actualmente, EU tiene la tasa nominal sobre la renta corporativa más alta en la OCDE, pero México no queda muy atrás: “en nuestra opinión, esto confirma que la razón por la cual la inversión extranjera entra a México es para aprovechar otros factores: ubicación, logística, costos laborales, y sí, las reglas predecibles proporcionadas por el TLCAN”.
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FP