Claudia Sheinbaum Pardo, la primera presidenta de México, aseguró que el país puede convertirse en una “potencia científica”, lo cual se logrará en su administración.
La nueva mandataria —licenciada en física por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)— dijo que su gobierno se comprometerá con la educación, el fomento a la ciencia y la utilización práctica del conocimiento en los problemas del país.
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“Haremos de México una potencia científica y de la innovación, apoyaremos las ciencias básicas, naturales y humanidades y las vincularemos con áreas prioritarias para el desarrollo nacional”, dijo Sheinbaum Pardo.
La mandataria rindió protesta este martes en una ceremonia solemne de Congreso General del Poder Legislativo, como presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Llegó acompañada de su esposo Jesús María Tarriba Unger y recibió la banda presidencial de su antecesor Andrés Manuel López Obrador, quien transmitió este símbolo de poder, a través de Ifigenia Martínez y Hernández, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
No obstante su oferta al impulso de la ciencia y el conocimiento, Claudia Sheinbaum insistió en rechazar los organismos genéticamente modificados.
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La mandataria dijo que trabajará a favor del campo y que no recurrirá a las semillas transgénicas para producir alimentos.
En otra parte de su discurso inaugural, que leyó ante legisladores federales, el nuevo gabinete presidencial, gobernadores e invitados especiales, entre otros asistentes, también elogió las técnicas tradicionales de la agricultura.
Sheinbaum Pardo dijo que la chinampa es la técnica agrícola “más sustentable del mundo”, en referencia a los islotes de tierra que los antiguos mexicanos levantaban en cuerpos de agua para sembrar frutas, verduras y flores.
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“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe, y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos”, aseguró la mandataria.
Las palabras de Sheinbaum Pardo sobre las semillas transgénicos resonaron en el auditorio que la escuchaba, ya que el gobierno mexicano enfrenta actualmente una controversia comercial con Estados Unidos, por un decreto que prohíbe la importación, siembra y uso de maíz genéticamente modificado para consumo humano.
GC
