Gruma mantiene una ventaja significativa e irreversible frente a todos sus competidores, lo que le permite establecer precios elevados sin que otras empresas puedan hacerle competencia suficiente, determinó la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece).
Lo anterior representa que en el país no existen condiciones de competencia en el mercado de harina de maíz nixtamalizada que se vende a las tortillerías.
De acuerdo con un dictamen preliminar de la autoridad investigadora del regulador, la compañía cuenta con entre 50% y 90% de las ventas en todo el país, es decir, en algunas regiones, casi 9 de cada 10 kilos de harina son vendidos por Gruma.
De esta forma, su participación de mercado es de entre 22 y 80 veces mayor que su mayor competidor en cada una de las ocho regiones en las que los investigadores dividieron al país para realizar una indagatoria.
Cabe mencionar que la investigación proyectó también que el precio promedio es casi 10% mayor que el de sus competidores a nivel nacional.
Además de las ventajas “significativas e irreversibles”, la autoridad identificó que la empresa ha puesto en marcha estrategias “específicamente diseñadas para dificultar que los tortilleros puedan cambiar de proveedor”.
De hecho, la investigación se inició luego de que fuera identificado un aumento constante en los precios de la harina de maíz a pesar de que el precio de su principal insumo, el maíz, se mantenía estable.
Luego de valorar los resultados de la indagatoria, el regulador expuso que se puede aumentar la competencia en el mercado de harina de maíz nixtamalizada, lo que beneficiaría el número y tamaño de las empresas harineras en México, generando incentivos para que Gruma baje sus precios, incremente su innovación o mejore sus productos para competir. Esto, sería positivo para los consumidores de tortilla.
“La única solución para reactivar la competencia en el mercado, de modo que se fomente la entrada y crecimiento de nuevos competidores y, finalmente, permita que las y los mexicanos disfruten de mejores precios es que Gruma venda cinco plantas de producción de harina de maíz nixtamalizado, así como toda la flota de distribución y fuerza de ventas de dichas plantas”, mencionó Cofece en un comunicado.
Igualmente, la compañía tendría que eliminar las estrategias diseñadas para evitar que las tortillerías cambien de proveedor, y que implemente mecanismos de transparencia y supervisión, con el fin de que haya mayor competencia en el mercado.
Debido a que el dictamen es preliminar, la compañía podría presentar argumentos y pruebas y, finalmente el Pleno de la Cofece analizará la totalidad de la evidencia para emitir una resolución final.
“La resolución final del Pleno puede adoptar, modificar o rechazar las propuestas de la AI, por lo que Gruma no está obligada, hasta este momento, a implementar las medidas correctivas propuestas por la autoridad investigadora”, precisó.
Cabe mencionar que los resultados de la indagatoria son relevantes al considerar que la tortilla de maíz es un alimento básico para los mexicanos. Según Profeco, 98.6% de la población consume tortilla de maíz y 68% la consume diario.
Por su parte, datos del Inegi (2020) proyectan que la tortilla de maíz representa casi 6% del gasto en alimento de los hogares y la harina de maíz nixtamalizada representa casi la mitad del costo de producción de la tortilla de maíz que no es producida directamente de masa.
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