Después de conocerse que las remesas familiares cayeron 12% en abril pasado, respecto al mismo mes de 2024, el peor resultado desde septiembre de 2012, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo descartó preliminarmente que se debiera a la deportación de trabajadores migrantes desde Estados Unidos.
En su conferencia de prensa de todas las mañanas, la mandataria comentó que su gobierno hará las investigaciones necesarias para explicar los motivos de dicho comportamiento, algo inusual, ya que las remesas han observado una tendencia continua de crecimiento, a pesar de la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19 que empezó en 2020.
Como se ha informado, las remesas familiares constituyen la principal fuente de divisas extranjeras, por encima de las exportaciones petroleras y de las divisas por turismo.
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“Estamos trabajando para ver cuál es la razón, incluso con las organizaciones que trabajan con paisanos en Estados Unidos para saber por qué disminuyeron las remesas en el primer cuatrimestre del año. Hasta que no tengamos más información, no podemos decir cuál es la razón”, aseguró la mandataria.
En referencia al endurecimiento de la política migratoria del gobierno de Estados Unidos, que ha deportado a miles de migrantes indocumentados en lo que va del año, Claudia Sheinbaum consideró que el reciente comportamiento de las remesas puede reflejar un componente migratorio, pero atajó que habrá que valorarlo en su justa dimensión.
“No es un número tan importante como para decir que producto de eso disminuyeron las remesas. Entonces hay que averiguar exactamente qué está pasando”, insistió Sheinbaum.
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El Banco de México (Banxico) dio a conocer ayer que, en abril pasado, la economía mexicana captó un total de 4,761 millones de dólares (mdd), cifra que representó una contracción de 12.1% en forma anual y un descenso de 7.4% en forma mensual.
Asimismo, de enero a abril, se recibieron 19,015 mdd de remesas familiares, lo que implicó una reducción de 2.5% respecto al mismo lapso de 2024.
BBVA Research explicó ayer en un reporte que el mal comportamiento de las remesas familiares en abril puede explicarse por la depreciación del dólar americano y la menor confianza de los consumidores de Estados Unidos —incluidos los residentes mexicanos— ante la guerra comercial iniciada por ese país contra el mundo.
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Por el lado de la migración, BBVA Research estima que las políticas de expulsión de extranjeros indocumentados pudo obligar a los “paisanos” mexicanos a ser más discretos en su vida diaria, ausentarse de trabajar para evitar la deportación, y por esa razón disminuir su consumo y el dinero que envían a las remesas familiares.
GC
