El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) resaltó que la coordinación entre las diversas políticas económicas es siempre muy importante, particularmente entre la monetaria y la fiscal. Sin embargo, apuntó que, hoy en día, en México falta dicha sinergia.
En su análisis semanal, el organismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) resaltó que el efecto conjunto de estas políticas es relevante en el combate de la inflación, que en el país persiste elevada -en agosto la inflación anual alcanzó 4.64% y la subyacente 6.08%-.
Según el Centro, la descoordinación de políticas se da porque mientras la monetaria intenta disuadir o posponer el gasto o la demanda de empresas y personas, la política fiscal lo alienta.
“La falta de coordinación entre las políticas en cuestión es un obstáculo para la reducción de la inflación hacia el objetivo del Banco de México (Banxico) de 3% más/menos 1 punto porcentual”, expuso.
Asimismo, advirtió que las consecuencias no terminan ahí, pues por el lado monetario, la necesidad de mantener las tasas de interés tan elevadas, frente al impulso fiscal al gasto agregado, encarece el crédito a las empresas y de una manera regresiva. Y las altas tasas de interés actúan en detrimento del desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs).
Explicó que el costo del crédito a las MiPyMEs puede incluir un diferencial significativo sobre la tasa interbancaria de equilibrio (TIIE) y alcanzar tasas del orden de 14 o hasta 17 o 19%, lo que “es demasiado y es recesivo”.
“Por el lado pasivo, de la inversión financiera, las elevadas tasas de interés aprecian el tipo de cambio. Esto, junto con los fuertes aumentos salariales que se han presentado en años recientes, afecta la competitividad del país en su conjunto, y también es probable que afecte los costos de las MiPyMEs en mayor proporción”, señaló.
Agregó que la pérdida de competitividad se exacerba si se toma en cuenta que la productividad en México ha caído.
“El costo unitario de la mano de obra (de producir bienes) ha aumentado considerablemente desde fines de 2015, en casi 40%, y por arriba del de nuestros principales socios comerciales y muchos otros”, destacó.
En su análisis, el CEESP alertó que el programa fiscal para el año próximo contiene diversos riesgos para la transición política y, sobre todo, para el nuevo gobierno que tomará posesión en octubre.
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Mencionó que es incongruente con el objetivo de estabilidad de precios de la política monetaria y dificulta la consecución del objetivo de la tasa de inflación plasmado en el Programa Monetario del Banco de México.
“En su tarea de revisión y aprobación de la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación, bien haría el Congreso de la Unión en reducir los riesgos y propiciar una mayor coordinación entre las políticas monetaria y fiscal, en beneficio de la estabilidad y la reactivación económica a futuro”, concluyó.
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