Los bancos de México observarán en el futuro inmediato un aumento en la demanda de crédito, derivado de las necesidades de financiamiento de los consumidores, pero también de las empresas extranjeras que inviertan en el país, derivado del proceso internacional de relocalización de empresas o “nearshoring”.

Ante esta posibilidad, los bancos comerciales y la banca de desarrollo podrán compensar algún riesgo que pudieran enfrentar en la actualidad, sobre todo derivado del otorgamiento de créditos a las entidades de gobierno, aseguró Moody’s Investors Service, a través del reporte “Momento económico: estrictas políticas contra riesgos compensarán la exposición bancaria al sector público”.

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La agencia de calificación crediticia recordó en su reporte que, tradicionalmente, la banca mexicana ha estado expuesta a los préstamos, directos o indirectos, a las entidades de gobierno, incluidas las empresas productivas del estado Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Pero la banca de desarrollo Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Nacional Financiera (Nafin)— ha estado todavía más expuesta que la banca comercial, lo que se ha reforzado desde el año 2019 y que ha dado lugar a ciertos riesgos de concentración.

Pemex se mantiene como un riesgo clave para el sector financiero, pero los bancos han tratado de limitar su exposición directa al enfocarse en proyectos específicos o proveedores. Asimismo, tanto la banca comercial como la de desarrollo han establecido techos sobre Pemex y los riesgos asociados a Pemex, mediante límites regulatorios y límites internos”, refirió Moody’s.

En este sentido, los riesgos que pudieran enfrentar los bancos comerciales y la banca de desarrollo en relación con el sector público no dan señales de ser alarmantes.

Además esos riesgos podrán compensarse con las perspectivas de crédito hacia adelante, por la vía de los consumidores nacionales y del “nearshoring”.

“Esperamos que los volúmenes de préstamos aumenten gradualmente, debido a la inversión relacionada con el ‘nearshoring’ y también por un mejor crecimiento a lo esperado de Estados Unidos, el principal socio comercial de México”, consideró el reporte.

“A pesar del deterioro observado por los bancos de desarrollo en los últimos tres años, debido a algunas empresas privadas, esperamos que la calidad del crédito se mantenga adecuada en los siguientes 12 o 18 meses, a medida que se resuelven o cancelan varios préstamos en problemas”, agregó Moody’s.

Es probable que los bancos de desarrollo aumenten indirectamente su participación en proyectos específicos, como se aprecia en el proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación de 2024, en medio de regulaciones más estrictas.

Los proyectos prioritarios, así como el apoyo económico a Pemex, serán financiados directamente por el gobierno mexicano, lo que limitará la presión de los bancos de desarrollo”, consideró el reporte.

Además, históricamente, los bancos de desarrollo de México han respetado la disciplina en la gestión de riesgo, con base en sus propias políticas y un marco regulatorio estricto.

GC