La industria de la construcción tuvo un mal inicio de año en 2023, ya que el valor de su producción cayó 4.8% en enero en comparación con diciembre de 2022, con base en cifras ajustadas por factores de estacionalidad.
Asimismo, el personal ocupado en las empresas constructoras reportó una disminución de 1.3% a tasa mensual, lo que evidencia una pérdida de dinamismo en la actividad del sector, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en su reporte mensual sobre Indicadores de empresas constructoras.
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En particular, el personal que no era dependiente de la razón social, esto es que laboró bajo un régimen de subcontratación, fue el más afectado al disminuir 2.2% en enero respecto a diciembre.
Mientras que la plantilla de trabajadores dependientes de la razón social, esto es que tenían contrato directo con la empresa constructora, disminuyó 1.2% en forma mensual.
En cambio, las horas trabajadas por el personal mostraron un ligero aumento de 0.2% en enero contra diciembre, lo que se explicó principalmente por los empleados, cuyo tiempo laborado avanzó a una tasa mensual de 0.7%.
Sin embargo, la salida de los empleados subcontratados se reflejó en sus horas trabajadas, que se contrajeron 3.5% en el tiempo de comparación.
Vinculado con el comportamiento del empleo en el sector de la construcción, las remuneraciones medias reales pagadas al personal cayeron 0.5% en enero contra diciembre.
En particular, los salarios de los obreros cayeron 1.2%, en tanto que los sueldos de los empleados aumentaron 0.7%.
Sin embargo, los comparativos anuales, esto es enero de 2023 en relación con enero de 2022, se advierte un comportamiento favorable de todas las variables, que se puede explicar por la baja base de comparación.
De esta manera, el valor de producción creció 3.9%, en tanto que el empleo total avanzó 4.1%.
Asimismo, las horas trabajadas reportaron un incremento de 4.7%, en tanto que las remuneraciones medias reales pagadas repuntaron 3.7% a tasa anual.
La industria de la construcción ha sido una de las actividades productivas que ha tenido más dificultades para recuperarse tras la crisis económica por el Covid-19, derivado de la menor inversión tanto pública como privada en nuevos proyectos de infraestructura, como de vivienda e inmuebles de uso comercial.
La inflación ha sido un elemento en contra, por el encarecimiento de los insumos para la construcción, así como el aumento a las tasas de interés que ha elevado el costo del crédito para el sector privado. Pero también influye la incertidumbre entre los actores de la iniciativa privada por las políticas económicas del gobierno federal.
Desde hace más de un año se quedó pendiente de anunciarse una tercera etapa de proyectos de obra pública que se iban a impulsar a nivel nacional y que abarcaban aspectos como caminos, carreteras, agua y energía, entre otros más.
GC