“Esperamos que la nueva administración en México se apoye en los bancos públicos para impulsar el crecimiento económico”, apunta el analista de Moody’s Georges Hatcherian.Agregó que dado el bajo perfil del riesgo de otorgamiento de crédito de la mayoría de estas instituciones, no se espera un deterioro importante en la calidad de activos ni en el capital, a menos de que el crecimiento de crédito se acelere muy rápidamente. Por lo anterior, el impacto para cada institución financiera será variable, en línea con sus respectivos perfiles de riesgo financiero y de activos, mismos que dependen de su misión. Te puede interesar: México y Perú buscan incrementar inversión a través de la banca de desarrollo El apoyo del gobierno en los acreedores públicos para impulsar la economía no aumentará la competencia entre los bancos privados de México, ya que los modelos de negocio de los bancos públicos normalmente se complementan con los de sus pares privados, agregó Hatcherian. Una excepción pudieran ser las hipotecas residenciales, sector en el que la competencia entre el Infonavit, prestamista hipotecario propiedad del gobierno, y las instituciones financieras privadas, es más directa. Los márgenes de otorgamiento de crédito probablemente disminuyan conforme los bancos de desarrollo busquen estimular la demanda de crédito y apoyar sus objetivos de crecimiento. Sin embargo, la rentabilidad se mantendría relativamente estable, asumiendo una disminución en los elevados niveles de cobertura de cartera vencida, lo cual limitará el incremento en costos crediticios a pesar del aumento en la mora, establece el reporte de Moody’s. Sin embargo, si el crecimiento del crédito se acelera más rápidamente, el efecto negativo en la calidad de activos y utilidades, y por ende en el capital, sería mayor, a menos de que el gobierno decida inyectar capital adicional a los bancos para apoyar su crecimiento. LP