Incluso si México deja atrás la pandemia del COVID-19, sus efectos se seguirán sintiendo en su economía durante los próximos años, advirtieron analistas del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

El CIDE proyecta un crecimiento de 3.5% en el Producto Interno Bruto (PIB) del país este año, el cual sería seguido por un alza de 2.5% en el próximo año.

Aunque las cifras en terreno positivo contrastarían con la caída de 2019 y el desplome que se anticipa para 2020, no sería suficiente para que la economía mexicana vuelva a niveles pre-pandemia. De hecho, al PIB le tomaría hasta finales de sexenio (2024) recuperarse.

Los analistas del CIDE proyectan una recuperación lenta, con niveles de crecimiento mediocres para el país, sobre todo trimestre a trimestre.

“De ahí en adelante [del cuarto trimestre de 2020], el crecimiento es muy modesto, es muy mediocre”, apuntó Jessica Roldán, directora de estudios económicos de Finamex, durante la conferencia del CIDE en la que se presentaron las perspectivas para la economía del país este año.

La recuperación lenta se deberá en buena medida a la debilidad en la inversión y en el consumo, que no han podido salir de la zanja dejada por la pandemia. Dado que estas forman una porción considerable del PIB nacional, el efecto de su falta de dinamismo se sentirá.

“Los factores de riesgo idiosincráticos y las debilidades estructurales siguen acumulándose. La preocupación fundamental es la erosión de motores internos de crecimiento y la debilidad institucional”, apuntó el CIDE.

A pesar de la crisis, México tiene está bien parado en los mercados financieros. El análisis del Centro apunta que el país “sale bien en la foto” en términos financieros, sobre todo en comparación con otras economías emergentes. Sin embargo, esto durará sólo en el corto plazo, y las autoridades del país tendrán que responder con velocidad a los cambios en el mercado.

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