México genera 1.29 millones de toneladas métricas de basura electrónica en promedio cada año, de los cuales únicamente se reciclan aproximadamente una proporción de 10%, lo que indica que todavía quedan grandes volúmenes de residuos que pueden ser rescatados.

A medida que avanza el consumo de servicios de telecomunicaciones, nuestro país también se perfila como un ávido cliente de los dispositivos electrónicos, de modo que actualmente México se ubica como el segundo productor de basura electrónica o “e-basura” en la región de América Latina y el Caribe, después de Brasil –con 2.26 millones de toneladas métricas—, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

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Tan solo en 2019, antes de la pandemia del Covid-19, nuestro país arrojó 1.22 millones de toneladas métricas de basura electrónica, cuyos materiales no siempre han tenido un manejo adecuado que proteja al medio ambiente y la salud pública.

La pandemia del Covid-19 detonó la necesidad de adquirir dispositivos electrónicos para comunicarse, estudiar, trabajar y entretenerse, entre otros objetivos, pero junto con la “digitalización” de la sociedad también es importante promover una “digitalización consciente” para mitigar el impacto de comprar nuevos aparatos, consideró Ana de Saracho, directora de Asuntos Públicos, Regulación y Negocio Mayorista de Telefónica Movistar México.

Si bien se tiene visualizada esa necesidad, en nuestro país no existen muchas opciones de centros de acopio o de rellenos sanitarios que puedan darle un manejo adecuado a la “e-basura”.

En este sentido, Telefónica mantiene en marcha su campaña de recolección y reciclaje de teléfonos celulares, de la mano de Recicla Electrónicos México (Remsa), por medio del cual recolecta los dispositivos móviles de la población y sus accesorios para desarmarlos y regresar sus componentes y materiales al ciclo productivo.

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“Tenemos una meta de economía circular, queremos ser una empresa de cero residuos”, ha comentado Ana de Saracho en declaraciones a la prensa, al referir que en los basureros, los trabajadores que los operan pueden intentar abrir los teléfonos y extraer las piezas, peros sin tener el cuidado de evitar que los metales y otros materiales caigan al subsuelo y contaminen la tierra y el agua.

La colaboración entre Telefónica y Remsa comenzó en 2021, cuando se recolectaron 10,000 teléfonos celulares y sus accesorios. Pero ahora, la empresa y la organización civil tienen una meta más ambiciosa de recopilar unas 25 toneladas entre este año y 2024.

Mediante esta iniciativa se pueden recolectar dispositivos móviles de cualquier marca y cualquier empresa de telefonía, lo que tiene que hacer el usuario es juntar cinco piezas: pueden ser cinco teléfonos celulares o bien un teléfono celular y sus accesorios, como audífonos y cable alimentador. No se aceptan baterías alcalinas.

El programa de recolección consiste en que el usuario se registra en www.movistar.com.mx/reciclaje, en donde tendrá que anotar sus datos y programar la recolección de las cinco piezas a su propio domicilio.

Representantes de Remsa acudirán en la fecha establecida al domicilio del usuario para llevarse las piezas a sus instalaciones, en donde podrán hacer el desarmado de los aparatos.

Se pueden reciclar aproximadamente 93% de los materiales de los dispositivos electrónicos y se pueden usar para otros productos y otros procesos industriales, como los plásticos, las cerámicas y el vidrio, que ellos mismos (Remsa) vuelven a entregar a las cadenas productivas y se les da el manejo de residuos peligrosos”, ha dicho Ana de Saracho.

Telefónica también dispone de buzones en sus centros de atención al cliente y oficinas para hacer la recolección de los aparatos. Sin embargo, la compañía y su aliado Remsa descubrieron la ventaja de hacer la recolección a domicilio, derivado de las medidas de distanciamiento social y reapertura gradual de actividades por la pandemia del Covid-19.

GC