“Frente a estas amenazas, los bancos tradicionales exitosos serán aquellos que, ya sea de manera individual o conjuntamente con otros, busquen realizar una transformación digital agresiva para volverse más eficientes y responder a las necesidades cambiantes de los clientes”, señala Fadi Abdel Massih, analista de Moody’s y coautor del informe.“La desintermediación de la relación con el cliente será una amenaza para este modelo de negocio si termina reduciendo el poder de fijación de precios de los bancos, transformándolos en proveedores de balances generales de back-office para aplicaciones o negocios dirigidos a los clientes”, complementó. La digitalización ofrecerá a los bancos tradicionales oportunidades de mejorar sus niveles de eficiencia a través de la optimización de sus redes de sucursales, la recolección de datos, y los procesos de análisis y presentación de información, pero no sin una alta inversión inicial. Hasta ahora, los requerimientos normativos han protegido a los bancos tradicionales. El modelo bancario tradicional más regulado —que depende de depósitos baratos y estables— mantiene una ventaja significativa para los bancos tradicionales frente a las plataformas no bancarias. Sin embargo, los recientes incentivos regulatorios señalan una apertura cada vez mayor hacia las fintech. “El desarrollo de bancos de pruebas regulatorios (sandboxes) y las iniciativas de banca abierta indican un cambio en la disposición de las autoridades para incentivar la innovación y la competencia”, dice Megan Fox, Assistant Vice President (AVP) y analista de Moody’s y coautora de este reporte. Los competidores pueden optar por evitar las barreras regulatorias al depender de una asociación bancaria para cumplir con la regulación. En este escenario disruptivo, los bancos seguirían sujetos a todos los requisitos normativos, mientras que acuden a soluciones white label para sus productos, y los grandes socios tecnológicos mantendrían las relaciones con clientes clave y evitarían las barreras regulatorias. DHC