Iniciamos el último trimestre del año en medio de un ambiente de alta incertidumbre, volatilidad y caídas importantes en la mayoría de los mercados. El escenario para lo que resta del año no se percibe mucho mejor. ¿Qué podemos esperar?
En cuanto al Covid-19, los contagios y la mortalidad han disminuido significativamente y, aunque podría esperarse algún repunte durante el invierno, se vislumbra pronto “el fin de la pandemia”, lo que implicará menores restricciones de movilidad, principalmente en países asiáticos, y una paulatina normalización de las cadenas de suministro, principalmente en China.
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En materia económica es probable que veamos una mayor desaceleración en la actividad económica mundial, ante el incremento reciente de las tasas de interés, a cargo de la mayoría de los Bancos Centrales.
Indicadores recientes de PMI muestran debilidad en países de la zona Euro, en China, en Estados Unidos, entre otros países, con tendencia a entrar en zona de contracción.
Para Estados Unidos, según la Reserva Federal (FED), la economía podría estar terminando el año con un crecimiento de apenas 0.2%. En México, estimamos que terminemos el año con un crecimiento cercano a 2.0%, mientras que Alemania y otros países europeos podrían presentar mayores afectaciones ante la alta dependencia del gas y petróleo ruso, principalmente durante el invierno.
En este mismo sentido, es probable que veamos de nueva cuenta un repunte en las cotizaciones de los energéticos en los meses por venir, ante las nuevas medidas adoptadas contra los energéticos provenientes de Rusia, la próxima temporada invernal, el bajo nivel de inventarios a nivel mundial, y la menor producción anunciada recientemente por parte de la OPEP+.
Niveles para el WTI superiores a 100 dólares por barril no son descartables en las siguientes semanas.
La atención de los participantes continuará centrada en la inflación a nivel mundial y de manera particular a nivel regional. Es probable que durante el próximo mes, podamos ver los niveles máximos de inflación en la mayoría de los países. Sin embargo, no será razón suficiente para ver un claro descenso, (estimamos que la inflación cierre el año en 6.0% la PCE para Estados Unidos, y en 8.5% la general para México).
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Por lo anterior, es de esperar que continuemos viendo una política monetaria restrictiva generalizada. Los tiempos del dinero barato se acabaron y debemos acostumbrarnos a tasas altas durante un periodo prolongado, por lo menos un par de años. Para Estados Unidos, en línea con lo estimado por la FED, esperamos que la tasa de referencia concluya este año en niveles de 4.5%. Para México, esperamos que la tasa de referencia termine en 10.5%.
En cuanto al mercado cambiario, el incremento relativamente mayor en las tasas de interés en Estados Unidos frente a otros países continuará fortaleciendo al dólar respecto a otras divisas.
Lo anterior, junto con una debilidad en la economía norteamericana que se traducirá para nuestro país en un menor ritmo de crecimiento en las exportaciones y en la entrada de divisas por concepto de remesas, podría provocar una depreciación moderada en nuestra moneda para finales de año, contenida en parte por una política monetaria relativa similar entre Estados Unidos y nuestro país en los próximos meses, por lo que ubicamos un tipo de cambio para cierre del año en 20.30.
Para los mercados accionarios, esperamos unas semanas de estabilidad e incluso un rebote técnico tras las fuertes caídas observadas durante septiembre, y las acumuladas durante el año (Dow Jones -20.9%, S&P’s -24.7%, Nasdaq -32.4%, IPyC -16.2%). Sin embargo, consideramos que la tendencia bajista continuará.
Cierre de fondos, disminución en márgenes y mayores costos financieros en los resultados estimados para las empresas al tercer trimestre de 2022, aunados a menores expectativas de crecimiento y utilidades para el próximo año, podrían desencadenar revisiones importantes en los precios objetivo y, por lo tanto, en mayores caídas en las Bolsas hacia finales de año.
Niveles de 3,200 puntos para el S&P’s, 9,800 puntos para el Nasdaq y 42,000 puntos para el IPyC, no serán descartables en los momentos de mayor volatilidad durante el periodo, aunque con cierta recuperación hacia finales del año.
Por último, en la parte internacional esperamos que continúe el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania para lo que resta del año, con amagos sobre el uso de armamento nuclear y es probable también que aumenten algunas tensiones geopolíticas entre Estados Unidos con otros países como China, Rusia y Corea del Norte, lo cual podría generar mayor incertidumbre en los mercados. Por otro lado, en noviembre vendrán las elecciones intermedias en Estados Unidos, las cuales se espera que sean muy cerradas.
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Localmente, esperamos que durante octubre concluya el proceso sobre la controversia a la reforma energética y se decida si se logra un acuerdo, o bien, si se establece un panel, donde en caso de comprobarse que México no cumple con el T-MEC en materia energética, tendría que pagar un monto estimado entre 40,000 y 100,000 millones de dólares, además de la afectación en nuevas inversiones.
Además, en temas políticos, se conocerán los candidatos para las elecciones a gobernador de Coahuila y Estado de México, así como el perfilamiento de los posibles candidatos a la presidencia para el 2024 por parte de los diferentes partidos políticos.
Así pues, se estima un trimestre intenso.
Carlos Alberto González Tabares / director de Análisis Económico Cambiario y Bursátil de Grupo Financiero Monex
[email protected] / @carlosgtabares; @monexanalisis